Hay cosas que damos por sentadas en los festivales: que vas a sudar, que vas a bailar, que vas a perder al menos una vez a tus amigas y que, inevitablemente, vas a hacer una cola kilométrica para mear.

Si tuvieras que hacer un ranking de los peores momentos del festi, esa espera agónica mientras se te enfría la smash burger o se te calienta el tinto de verano, estaría en el top 3. Y peor aún si eres mujer: baños sin papel, sin luz, sin puerta… o directamente sin dignidad.

La escena se repite en todos lados: tú, tus amigas, un par de birras encima y la desesperación colectiva de “no puedo más, hacedme barrera”. Entre árboles, coches, y farolas, se improvisan urinarios urbanos en una coreografía ya asumida. Pero, ¿y si no tuviéramos que asumirlo?

Entre memes sobre festivales y fotos en carpa con gafas de sol a las 3AM, este año descubrimos un invento que parece salido de un grupo de WhatsApp de amigas hartas: Yupee, un urinario portátil biodegradable, cómodo y pensado por y para mujeres. Suena técnico, pero es básicamente una solución pequeñita, discreta y útil que puede salvarte la noche… o al menos el pantalón.

No ocupa nada (literal, cabe en el bolsillo), es desechable y no deja rastro. O sea: no tienes que sentarte, no tienes que agacharte, y no tienes que cruzar los dedos para que haya papel (porque ya viene incluido). Todo lo que no sabías que necesitabas hasta que lo pruebas en medio de un festival de tres días, en el que el último baño decente fue el de tu casa antes de salir.

Es simple, útil, y sobre todo, está diseñado para ser usado. Y en un contexto donde estamos pidiendo cambios reales (desde paridad en los carteles hasta seguridad en los recintos), empezar por algo tan básico como orinar sin estrés no parece ninguna tontería.