Cómo un ángel podría romper mi corazón es el nuevo disco de Interrogación Amor, el dúo formado por Carlos Martínez (guitarra, programación, teclados) y Javier Sanz (voz principal, guitarra, teclados), que nos adentra en un universo de penumbras e ira, pero un refugio al mismo tiempo.

Nadie sale ileso de este posmodernismo sonoro, este ángel apocalíptico, este duelo. Y es que, Interrogación Amor marca un antes y un después en el panorama musical actual, en el escenario, en nosotros mismos.

 

Coolturize: ¿Cómo surgió Interrogación Amor?

Javier: A los dos nos gustaba mucho la música, nos conocimos en el instituto junto a Daniel y Yolanda. Carlos tocaba la guitarra de hace muchos años y yo empecé también, entonces empezamos a hacer versiones de artistas que nos gustaban. Y poquito a poco hicimos nuestras primeras canciones, y luego más, y después más. Así surgió un poco Interrogación Amor. Natural. Siempre habíamos tenido intereses musicales y hacíamos cositas, pero hasta ese momento nunca juntos.

Habéis lanzado vuestro último álbum Cómo un ángel podría romper mi corazón, por primera vez como dúo

 Carlos: ha sido el primero de esta segunda etapa, en el anterior se ve cómo estamos los cuatro, vaya, de hecho, sale en la portada jaja. Pero bueno, las canciones las componíamos Javier y yo, las letras Javi y la música yo, o entre los dos, así que eso no ha cambiado demasiado.

¿Cuál diríais que es la emoción que lo protagoniza?

 Carlos: en una no te lo sé decir, sinceramente. Son muchas cosas, lo primero la ilusión de poder hacer canciones, y además de esta forma, que ya no es hacerlas en mi habitación o en la de Javi. Así que por el hecho del producto que tenemos, y el trabajo que hemos hecho: ilusión.

 Javi: Es verdad que lo de ilusión es interesante, que las canciones al escucharlo nos producen esta y orgullo. En cuanto al disco, yo la palabra que suelo decir es duelo, porque me parece una batalla en cuanto a las emociones, como que está arriba, está abajo. Hay mucho contraste.

Interrogación Amor

 ¿Cómo os organizáis en el proceso de composición? ¿Os entendéis bien?

 Carlos: hay cosas que al final, siendo personas distintas va a haber diferencias, pero yo creo que sí, que, a la hora de trabajar, juntamos muy bien el trabajo, se nos da bien. Y muchas canciones nacen de “oye tengo esto”, “y yo esto” y las juntamos y guay. Aunque cada canción es un mundo.

 Javier: claro, el proceso de cada una ha sido muy diferente. No tenemos una manera concreta de trabajar y organizarnos, pero siempre es por las dos partes. A lo mejor Carlos tiene una base y me la manda y a mí me inspira algo y lo escribo, o bien al revés: tengo algo escrito, o lo he compuesto con la guitarra y el teclado y Carlos le da una vuelta al sonido y la producción. Dependiendo de cada momento, de cada canción, ha surgido diferente. Lo vamos mezclando, alquimia un poco.

Y en cuanto a las letras ¿Te basas en experiencias personales?

Javier: supongo que son biográficas, pero también tiene todo el halo del romanticismo que al final se convierten en metáfora. Pero sí, nacen de las cosas que vivimos y que vemos, al final.

¿Tenéis alguna canción favorita del álbum?

Javier: yo siempre digo que Mala Suerte es la que más disfruto escuchando.

Carlos: yo estoy muy orgulloso de Cristal. Me gusta mucho. Me mueve mucho.

Cristal es con la que cerráis el disco ¿os habéis basado en algún criterio a la hora de elegir el orden del álbum?

Javier: sabíamos cuántas canciones queríamos que tuviera el disco, y a medida que íbamos haciéndolas como que no hubo opción: cada una tenía su lugar. Era casi inevitable. Cada una tuvo su sitio porque era el que tenía que tener. Sí que a veces decíamos, en este hueco falta algo, y trabajábamos a partir de eso, de “nos queda esta emoción, este momento concreto” e ir puliendo un poquito. El orden está pensado para que haya una montaña rusa.

En el concierto de junio se veía una estética muy currada ¿teníais claro cuál era la del disco o la desarrollasteis después?

Javier: es verdad que la estética del disco existía antes que la mayoría de él. Cuando solo teníamos unas tres canciones la idea del imaginario era la del ángel un poco apocalíptico. Y bueno, hilando un poco con la pregunta anterior, a partir de crear ese mundo salió la intro, salió ese poema. Entonces, a la hora de hacer el concierto fue como “vale esta es la movida”. Y además la puesta en escena era sencilla, solo que parecía muy explosivo.

Carlos: la puesta en escena no nace tanto con el mundo con el que planteamos el disco, diría que nace después. Pero es una parte a la que le damos mucho peso, al igual que a la estética. Todo nace a raíz de todo.

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Habéis hablado varias veces del morado como vuestro color representativo, en este álbum que habéis sacado, a pesar de que la portada sea completamente distinta a las anteriores el morado sigue presente, ¿pensáis en este como vuestra esencia?

Javier: yo creo que, desde el principio, cuando nos preguntaban por el morado la respuesta era: es cálido y frío a la vez. Y eso sigue siendo un poco así, el morado que teníamos con esa estética tan blanca, tan limpia, tan angelical de repente es otra cosa diferente. Es esa fuerza profunda, oscura… de momento el morado ha seguido con lo que somos ahora. Sigue teniendo sentido, sigue acompañando.

Carlos: sí, es la esencia, la que había antes y la que había ahora. Nuestro color.

¿Y cómo fue tocar con Algo? Se veía mucha complicidad en el escenario

Javier: sí, con ellos ya tenemos tres temas Tú y yo, Me acuerdo y Chicas Guapas. Súper bien. Nosotros somos súper colegas, nos conocimos hace dos años y dijimos desde el primer día “tenemos que hacer un concierto juntos”. Ellos iban a sacar su EP y fue como momento perfecto para que pudiesen presentarlo, estar juntos y montar un poco de fiestón.

Carlos: nos conocimos por medio de la música, que además sacamos el single el mismo día, hace dos años, en San Valentín. Y siempre nos han acompañado en los conciertos en Madrid, al igual que nosotros. Siempre vamos juntos a estas cosas.

Como Interrogación Amor habéis colaborado con artistas como las Shego, Ginebras… ¿por qué en este disco habéis querido prescindir de las colaboraciones? ¿queríais que fuera más íntimo?

Carlos: ha surgido así, simplemente no ha ocurrido que estuviéramos trabajando con otra gente y que hayamos tenido hueco para meterla en el disco. Dentro del proceso de idear y producir el disco no ha surgido colaboración, entonces tampoco tenía sentido forzarlo. 

Javier: claro, hay veces que decimos “aquí podría entrar no sé quien”, por ejemplo, Tú y yo claramente tiene que ser entre dos porque son dos partes. Y sí que es verdad que, viniendo del anterior disco de versiones en el que yo no cantaba, viniendo de ese proceso… de haber aprendido mucho con los demás, sale ese proceso natural de aislarte y decir “vale pues ahora todo lo que he aprendido, lo pongo aquí” pero vaya, que nos gusta mucho colaborar y estoy seguro que trabajaremos con más gente. Al final lo que tú decías de la intimidad, quizás es verdad que es un álbum muy íntimo y no tiene sentido que haya colaboraciones.

¿Tenéis ganas de hacerlo con alguien del panorama actual?

Javier: Claudio Montana, de hecho, el otro día Carlos me lo dijiste tú, es un rapero súper nice.

Carlos: es un artista que a mí me interesa mucho, que pienso que en algún momento se podría dar. Al final, como mucha gente que te gusta que dices “buah, ojalá, te imaginas”. La Bien Querida también nos encanta.

Javier: también el otro día dijimos Julieta Venegas y lo he estado pensando mucho, es como súper loco y no entra dentro del panorama como tal pero bueno, también ese tipo de artista nos mola. Y Pedro la Droga, siempre lo digo pero porque… le quiero. Sería una mezcla guay. Yo fantaseo algún día tener un disco en el que haya un fit con Julieta Venegas o La Bien Querida y otro con Pedro la Droga, o La Zowi. Como que me encantaría esa movida de dos mundos chocando, y nosotros en medio, molaría mucho algo así.

 

Interrogación Amor

Con Mala Suerte el público se volvió loco en la sala Sol ¿qué sentís al desprender toda esa rabia? No es la primera vez que lo hacéis, ya la habíamos experimentado con canciones anteriores como Vómito o Mala Fama. ¿diríais que la rabia os inspira?

Javier: pues yo diría que sí. Soy una persona bastante poco violenta en mi día a día. Carlos me conoce de hace muchos años y cuántas veces me ha visto gritar ¿una? Y como que sí, en este último disco nos hemos encontrado en sitios de, de repente “grita, pero grita, pero grita más” y poquito a poquito ha ido saliendo esa parte que siento que en directo es muy divertido, tanto para la banda como para el público. Toda esa liberación, esa ira, que al final no es violencia pura y dura, pero sí liberar esas partes que en mi día a día no tengo para nada. Siento que tanto conceptualmente como en las letras siempre ha habido un punto de violencia. Ahí está.

 Carlos: sí, y a la hora de componer también lo es, se refleja en el ritmo y en el sonido.

¿Con qué identificais vuestro último trabajo?

Carlos: bueno, la más obvia, por supuesto, el color morado que es de donde nace. También me viene a la cabeza Evangelion, el anime, no es que se identifique, pero  literalmente lo vimos y al mes estábamos en esta movida jajaja. Yo creo que es una semilla que se ha mantenido, y sigue siendo un reflejo del disco y de nosotros.

Javier: pues mira, yo te podría decir una película, que de hecho hay una pequeña referencia que es como imperceptible en Un jardín de amapolas, hay un sonido que parece una alarma y en realidad es código morse, es una frase que dice “ahora sé lo que ningún ángel sabe” que es de la película El Cielo Sobre Berlín. Trata la historia de un ángel que se enamora de una chica y va escuchando los pensamientos de todo el mundo, creo que tiene mucho que ver con de lo que va el álbum. Cualquier cosa es reflejo en nosotros. Y luego por lo tanto en nuestra música, nunca decimos vamos a hacer una canción de esto porque está aquí. Lo tenemos dentro, nos mueve cosas, y eso hace que las movamos nosotros. Pero sí, Evangelion totalmente, no lo quería decir yo primero pero ya lo ha dicho Carlos jaja.

El Cielo Sobre Berlín (1987)

Sueño musical de Interrogación Amor:

Carlos: Sueño musical… hacer mucho más. De momento lo que más ganas a corto-medio plazo total. Enseñar las canciones en directo. Eso que pasó en el Sol hacerlo cincuenta veces más para extraer, igual que tenemos feedback del disco, lo mismo, pero del directo. Al final las canciones en directo son otra cosa, aprendes mucho y hay un montón de cosas que no sabes de una canción hasta que no la enseñas, la tocas, la sientes con un público, os comunicáis entre vosotros. Es como que está fuera mucha parte del trabajo, pero falta todavía enseñar otra.

Javier: sí, además, el hecho del directo siempre nos ha dicho por dónde va lo siguiente. Cuando acabamos el primer disco y teníamos las del segundo y las preparamos para el directo, hicimos algunas versiones de otras canciones para rellenar y ahí descubrimos sonidos que formaron parte de las siguientes. Entonces en directo nos mola reversionar tanto las nuestras como las de otra gente y tocar todas las direcciones. Entonces sí, hacer más canciones, más conciertos…

También me gustaría tocar en un sitio grande, con mucha gente, aunque no venga a vernos a nosotros, en un festival, que haya mucho guiri, que estén confusos, que no sepan lo que está pasando, que digan como ¿qué es esto? A dónde nos habéis traído. Me encantaría en el Primavera Sound, pero bueno, en cualquier festival estaríamos encantados de ir.

Carlos: yo creo que se puede notar entre este disco y el de Vómito y Mariposas lo que hemos recibido en directo. Que realmente no hemos hecho muchísimos, pero con los tres conciertos se nota mucho que al final sí que existe en el momento de componer el decir “buah, esto en directo va a ser una bomba” que claro, antes podía estar, pero era una intuición con menos base, ahora ya habiéndolo probado, creo que se nota.