Imagínate hacer match en Tinder y a los cinco minutos montar una banda, imagínate ser Morreo. Y es que así empezó la historia de Germán y Joseca, la pareja y dúo musical del momento que, juntando talento, estética y emociones, han dado con la fórmula perfecta para lanzar el álbum más refrescante del verano: Alegría.
Haciendo honor a su nombre, Alegría nos teletransporta en un instante a un día soleado, dos tumbonas y ningún tipo de preocupación. Incluyendo la colaboración de Soleá Morente, Adios Amores, e incluso el abuelo de uno de los componentes de la banda, Morreo logra que estemos donde queremos estar. En esta entrevista nos abren las puertas de un universo compartido, la historia de unos Zipi y Zape modernos.
Os conocisteis en Tinder hace 5 años, ¿tuvisteis claro desde entonces que formaríais Morreo?
Germán: Te diría que el concepto Morreo no estaba claro desde el principio. En esa época escuchábamos muchos shows gays y tirábamos un poco por el post punk. Entonces claro, dijimos: “Venga vamos a hacer Morreo postpunk”, hicimos como tres canciones –que no nos convencieron mucho– y ya vino la pandemia. Ahí decidimos aprovechar el parón ver hacía donde queríamos encaminarnos. El Morreo que se conoce ahora nació de la pandemia. Nos estábamos montando unas historias los dos que nos vino bien parar.
Joseca: Sí es cierto que cuando nos conocimos en Tinder fue lo que hablamos en la primera conversación: formar un grupo. Teníamos ganas por separado de hacerlo y sirvió de excusa.
Germán: Claro y fue gracioso, porque lo típico que hablas con alguien en Tinder es más sobre cómo es la otra persona. Nosotros no, nosotros en cinco minutos ya habíamos imaginado un supuesto grupo juntos (risas).
Qué fantasía, y ya vais por vuestro segundo disco: Alegría. Esta vez habéis apostado por el SyncPop mientras que en Fiesta Nacional (el anterior) predominaba el sonido de los 60 ¿Cómo se ha dado este cambio?
Germán: Hemos notado muchísima diferencia. En Fiesta Nacional nos empeñamos en que sonara como lo harían los Brincos en la actualidad. Ahora hemos partido directamente de lo que significa para nosotros la alegría, y creo que lo hemos disfrutado más a la hora de componerlo y grabarlo. Nos hemos sentido mucho más libres.
Es que es verdad que habéis conseguido que nada más escucharlo una se imagine en el mejor de los veranos.
Joseca: Sí, siempre lo decimos, que nos gusta mucho el concepto de canción de verano. Nos hace bastante gracia porque no hay canción de invierno creo…
Germán: Sí, Mariah Carey.
Joseca: Es verdad, es verdad (risas). Pero es cierto que en verano estamos mucho más tranquilos, aflora el nivel creativo… y esto nos impulsa a hablar de todo en la música. Por eso es muy guay que en el disco logre reflejar ese sonido de verano, de vacaciones incluso, de toda esa parte festiva y alegre.
Germán: Además es gracioso, porque no fue algo que dijésemos desde el principio, sino que a medida que íbamos componiendo nos dimos cuenta de que sonaba así.
¿Empezasteis a componerlo en verano?
Germán y Joseca: ¡Ostras, pues fue en invierno! (risas), creo que de las ganas que teníamos de que llegase.
Podría decirse que es un canto a hedonismo…
Joseca: Te diría que sí. Con Alegría hemos aprendido mucho, ya aparte de madurar a nivel musical, creo que hemos aprendido a vivir, a estar tranquilos. Veníamos de un año de muchos cambios, presión, estrés. Nuestros amigos los pobres estaban casi todos con ansiedad. Creo que este disco nos hizo ver las cosas de otra forma, decir: “Oye, hay que parar”. Y debido a esa pausa hemos hecho las cosas con más calma, disfrutándolo, un poco tomándonos esa filosofía. Claramente es difícil, pero creo que poco a poco la estamos consiguiendo. Con el disco sobre todo.
¿Algún otro mensaje que queráis hacer llegar con Alegría?
Joseca: Este disco es pasártelo bien. Además, es sencillo de escuchar, el anterior al ser más estructurado se sentía más rebuscado, este queremos que la gente lo escuche cuando esté relajada, o a tope, o con una energía súper guay. Y creo que se consigue, es casi una pastilla.
Germán: un diazepam, ¿no? (risas). Era algo que teníamos claro desde el principio, que fuese fácil y llevadero, y también a la hora de llevarlo al directo. Con el disco anterior nos agobiamos con cómo sonaba, sin embargo en el directo de este disco –seguimos queriendo hacer las cosas lo mejor que se pueden– pero se nos nota mucho más disfrutones y creo que al público también.
«Este disco es como un diazepam»
Claro, habéis empezado ya la gira
Joseca y Germán: Sí, en Alicante y Valencia. Súper divertido, otro nivel.
Joseca: Es que yo creo que se nos nota en la cara y todo. Es lo que dice Ger, cuando hicimos Alegría teníamos dos caminos: la parte disco, que era para escucharlo en un viaje, ponértelo con tus colegas… Y luego la parte club, el directo, que queríamos que fuese totalmente distinto. Hemos adaptado las canciones al mundo clubbing: house, mezcla de ritmos, que te notes en el corazón el “pum pum pum”… y en esta gira estamos notando al público súper arriba.
Y además, sois cartel en muchos festivales ¿notáis mucha diferencia a la hora del directo?
Germán: Te diría que sí, al final un concierto en sala es mucho más íntimo, compartes de manera más directa. Y un festival es directamente una verbena, conectas con el público de forma diferente, pero súper divertida.
¿Alguno os hace especial ilusión?
Germán: a mí el Mallorca Live Fest y el Phe Festival, porque nunca he ido a una isla, y claro como es en Mallorca y en Canarias pues me hace muchísima ilusión. A él no tanto porque tiene que volar.
Joseca: Sí, a mí es que me da un poquito de miedo volar pero bueno. También estoy súper ilusionado con el Primavera.
«Era un sueño que ni siquiera veíamos factible, pero cuando terminamos de componer Panchiquito dijimos: “Venga, tiene que ser Soleá sí sí o sí”»
Y pasando a las colaboraciones del disco, habéis contado con Solea Morente y Adios Amores, ¿teníais claro desde el principio que las queríais en el disco?
Germán: Con Adios Amores sí, ya lo intentamos en el primer disco pero por tema de tiempo no pudo ser. Cosa que agradecemos ahora, porque preferimos que estén en Alegría. Y respecto a Soleá, era un sueño que ni siquiera veíamos factible, pero cuando terminamos de componer Panchiquito dijimos: “Venga, tiene que ser Soleá sí sí o sí” y mira, salió.
Ha quedado increíble la verdad, también el videoclip. Se nota que la estética es esencial para vosotros, y más teniendo vuestro propio estudio de diseño.
Germán: Este disco se apoya mucho en lo visual. Por ejemplo, con una portada mediocre no se hubiera transmitido tanto lo que significaba para nosotros el álbum.
Joseca: Justo, queríamos ir más allá. Desanclarnos del anterior disco en el sentido del sonido de los 60 y dar un paso más allá diciendo: “Joder, somos del 95 y escuchamos todo tipo de música”. Creo que lo hemos conseguido también con la estética, el vestuario, todo ese mundo entre Tayler y Marisol.
Precisamente al escucharlo te transportas a otro lugar, con cada canción lo visualizas. Vosotros a través de Instagram habéis presentado paisajes bastante costumbristas: la sobremesa, la ventaba abierta… Siendo ambos de Andalucía, ¿sentís que está en vuestra música?
Germán: Yo creo que no es intencionado, pero es que nos sale solo, al igual que lo del verano. Como vivimos en Madrid se nos escapa, por necesidad.
Joseca: De hecho en Sol y Sombra canta el abuelo de Ger, un fandango de Huelva, que al escucharlo dijimos: “Esto tiene que estar aquí”.
Germán: Sí, fue lo primero del disco.
En Sol y Sombra canta el abuelo de Ger un fandango de Huelva
Es que claro, siendo pareja y teniendo el proyecto común, vivís muchas cosas juntos ¿Cómo hacéis para entenderos tan bien?
Germán: Siento que hay entendimiento tanto a nivel pareja, como musical, como estudio y como compañero de piso, que al final estamos todo el puto día juntos (risas). Y es que creo que más que pareja –además de serlo, obviamente– somos amigos, y eso hace mucho. Suena a tópico pero es así, obviamente a veces hay peleas por cabezonerías de: “tiene que ser así y no asa” pero al final encontramos el punto sin malos rollos ni nada.
Joseca: Total, y también el saber separarlo. Creo que es una cosa que hemos aprendido y lo hemos hablado muchas veces, que hay gente que deja por el camino amigos y tal, y cuando echa la vista atrás se da cuenta de: “Ostras, es que en ese momento estaba súper metido en mi trabajo, dando más prioridad a otra gente”. Nosotros hemos aprendido a separar el trabajo y el grupo de lo sentimental, y ahí está la clave. También somos muy iguales en cuanto a universo, luego a la vez muy diferentes.
Germán: Somos Zipi y Zape.