El máster de Pablo Casado, Cristina Cifuentes,  Carmen Montón, o la tesis de Pedro Sánchez son varios de los casos recientes de cómo la Universidad Pública de nuestro país está siendo desprestigiada por estar al servicio de los poderes públicos, con los camaradas de la partitocracia al frente de las instituciones de enseñanza pública.

Estos sucesos tan latentes  a día de hoy y desde hace varios meses, por interés de la opinión publicada, que no opinión pública, le están haciendo el “agosto” a estos medios. Una noticia como la de Pablo Casado o Carmen Montón no tiene excesivo fondo, podría ser una noticia que se desarrollara en un par de artículos, sin embargo, nos encontramos ante publicaciones diarias sobre temas de este estilo, aumentando así un problema a dimensiones estratosféricas.

 

Proporcionalmente estamos hablando de tratos de favor de un Instituto (IDP) de la Universidad Rey Juan Carlos, y 4 casos: máster Cifuentes, convalidaciones de Casado, el plagio de la Ministra Montón, y el caso de convalidaciones a abogados. Estamos ante un problema que involucra a una docena de personas, entre alumnos y profesores, cuando la Universidad cuenta con casi 50.000 estudiantes y 2.000 profesores. Por lo que, ¿cuánto supone esto? Un 0,024%.

El interés de ciertos medios por derribar a ciertos partidos, o desacreditar a ciertas personas, ha conseguido que algo que supone un 0,024% parezca un 90%. Tema diario en las tertulias de televisión, portadas, y muchos artículos al día han conseguido que 50.000 personas que se esfuerzan por conseguir un título en una sociedad tan titulada, que luchan por pagar sus estudios, y que optan por la Universidad Pública, vean su esfuerzo y su inversión desacreditada y desprestigiada.

El 12 de marzo ya hubo una huelga de alumnos de la Universidad Rey Juan Carlos, para pedir dimisiones y limpieza en la enseñanza pública. El jueves 27 de septiembre también habrá otra, porque pese a que la limpieza haya sucedido, aunque no del todo, los medios de comunicación continúan hundiendo el prestigio de una Universidad, y los títulos de sus estudiantes.

Basta de tratos de favor, basta de regalar títulos. Limpieza en las instituciones sí, desprestigio de la Universidad Pública no.