Lanzarote es una de las 7 islas que conforman el archipiélago canario. Con 150 mil habitantes, recibió más de 3 millones de turistas en 2017. Un paraíso natural que, siéndolo, ha intervenido la mano humana, de uno en concreto: César Manrique.

El artista conejero supo sacar partido a una isla agrícola, árida, y pobre. Supo apreciar el arte y la belleza en un camello arando la tierra, en una labradora, en un viñedo, o en el contraste de unos cactus con la tierra volcánica. Y por supuesto, tuvo la visión de marcar un plan para que todas las casas de la isla fueran blancas, una imagen tan característica.
Llegó a ser tan importante que prácticamente gobernaba Lanzarote. Con una mentalidad creativa pero a la vez medioambiental, convirtió una empobrecida región, en un lugar turístico selecto, donde tan solo la gente adinerada podía disfrutar de su belleza. Y con esa baza jugó Manrique para hacer Lanzarote a su gusto. La isla llegó a depender tanto del turismo, que si el Cabildo (institución que gobierna la isla) llevaba a cabo una medida o una política que no se adaptaba a las pretensiones del artista, él era capaz de ir a Alemania, de donde mayormente provenían los turistas, para hablar mal de Lanzarote y que el turismo bajara, poniendo así a los políticos entre la espada y la pared.

Este genio canario, su obra y su ideal de Lanzarote aún perviven y está latente en la isla, ya que absolutamente todo lo que se hace allí, sigue los planes urbanísticos que Manrique diseñó. Y gracias a eso, la tercera isla más poblada del archipiélago, es un referente turístico, ecológico y artístico en todo el Mundo.
He aquí varias de sus obras:

Jameos Del Agua.
Ejemplo del plan urbanístico de casas blancas. Pueblo de El Golfo (Lanzarote)
Jameos del Agua
Jardín de Cactus
Jameos del Agua