La cantante vasca IZARO nos habla de Limones de Oro, su último álbum repleto de colaboraciones con artistas del calibre de Amaral y Rozalén, en el que da una segunda vida a su anterior trabajo Limones en Invierno, ya que «el pobre se vio eclipsado por la pandemia».
IZARO nos habla desde la amabilidad y ternura (a la que menciona como clave de su temas) contándonos anécdotas de una gira que le ha permitido visitar destinos tan dispares como Helsinki o Buenos Aires, y enseñándonos los beneficios que puede ofrece cantar en distintos idiomas. Incluso nos da una pequeña clase de palabras en euskera que engloban conceptos para los que no tenemos nombre en castellano. Sin duda la artista es ya una de las jóvenes voces femeninas más relevantes de la escena, a nivel nacional e internacional.
En más de una ocasión has comentado que tienes vínculos muy fuertes con tu familia, ¿tuvieron algo que ver con tus inicios en la música?
Supongo que sí. Desde pequeña yo cantaba un montón, en mi casa mis padres compraban muchos discos que en el coche siempre cantábamos y en casa siempre bailábamos…. Además, mi madre siempre me hablaba de los artistas rollo “mira esta persona cuánto trabaja haciendo canciones”. Por lo que yo sentía que en mi casa al mismo punto que ser médico estaba hacer canciones, era como: ostras mira qué oficio, qué valía.
Por otra parte mis dos abuelas siempre han cantado un montón, mi tía abuela también, y yo desde pequeñita me hacía canciones en la cabeza creyendo que todo el mundo tenía las suyas, pero no, luego descubrí que no jajaja. Supongo que esto hizo que para mí no fuera tan difícil como para otras personas saltar a la música. Ya en serio realmente empecé muy tarde, porque nunca estudié solfeo, ni instrumentos, ni nada. Fue ya en la universidad, que a una compañera le tocó una guitarra en una tómbola, no la quiso y me la dio, así que me fui a casa, empecé a hacer canciones y no paré.
Tu último álbum es Limones de Oro y el anterior fue Limones en Invierno, quería preguntarte qué representa para IZARO tanto limón.
Pues no sé por qué me obsesioné tanto con los limones, pero en un momento dado empecé a sentir que yo tenía un montón que ver con un limonero. Los limones me parecen algo super bonito, me encanta su color, su estética tan llamativa y vibrante, súper vital. Y por dentro también, cómo suenan, todo es muy excitante sensorialmente, pero luego lo pruebas y realmente no es agradable, pero aun así lo quieres volver a probar… Un poco como la vida, ¿que en si es así no? la pruebas y no es tan bonita como te lo esperabas, pero luego la quieres volver a probar, por ahí es.
Pruebas un limón y realmente no es agradable, pero aun así lo quieres volver a probar… un poco como la vida
¿Y el paso de invierno a oro?
Cuando sacábamos Invierno era enero de 2020, y al pobrecito pues se lo comió el confinamiento, y la gira también se la comió. Entonces es verdad que hubo un punto de la pandemia en el que profesionalmente pensé ¿y si no vuelve la música? O vuelve sólo para la gente que ya es muy grande y el resto nos estancamos… O sea, si se había acabado ahí mi carrera musical había dejado un montón de cosas por hacer pensando que tenía un futuro que de pronto resultaba que igual no.
¿Cómo te mantuviste firme en tu proyecto?
Fue importantísimo para mí el público, porque compraron las entradas, se devolvieron, compraron, se devolvieron, cambio de aforo, de horario, me escuchaban en Spotify, compraban mis discos… Así que me daban un montón de fuerza para continuar. Y entonces se me ocurrió que necesitaba hacer un regalo de vuelta, pero ¿Qué le puedo regalar a esta gente que ha salvado mi música? Empecé a pensar que podía intentar ver con quién colaborar, y así convertir esos limones de invierno en limones de oro para devolvérselos al público. Como “jo, eskerrik asco por haber mantenido estos limones en vida”
Empecé a pensar que podía intentar ver con quién colaborar, y así convertir esos limones de invierno en limones de oro para devolvérselos al público.
Respecto a las colaboraciones ¿tenías claro quién te acompañaría en cada canción? ¿fue fácil conseguirlas?
A ver yo hice como unas listas de canciones / artistas e iba haciendo match, decía esta con esta, sí, esta con esta bien. Cuando escribía a los artistas les proponía directamente la canción en la que para mí tenía sentido que me acompañasen. Había listas en plan “lo voy a intentar”, y luego había listas de amistades y eso, que ya era más sencillo.
Fácil no ha sido, cualquier persona que haya hecho una disco de colaboraciones dice que es una locura. Es que es verdad que cada uno tenemos nuestras agendas y nuestras paranoias, pero bueno los astros se juntaron o algo y salió bien. Participaron un montón de artistas que yo tenía por imposibles (como Amaral) y también hubo conversaciones con otras personas que no están en el disco ya que no pudimos coincidir, pero que me han quedado como relaciones abiertas. Al final me he llevado más cosas que las que quedan ahí, pero es que las que están ahí ya para mí son súper fuertes. Me las guardo como regalo de la vida.
En Limones en Invierno ya cantabas Invierno a la Vista con Xoel López, ¿hay alguna razón por la que fuera tu única colaboración?
Para mí siempre es difícil lo de las colaboraciones, se me hace difícil tanto entrar en una canción ajena como dejar entrar en una mía. Cuando haces discos como Limones en Invierno, que tiene un concepto, es complicado, es como: este es mi concepto y te estoy contando una parte de mí que realmente tiene sentido que te explique yo. Siempre tiene que ser algo excepcional rollo “jo, es que Xoel me resuena un montón en esta canción, lo voy a intentar”.
Siento que aún cantes algo triste, lo haces con cariño y cuidado ¿Cuál ha sido la emoción que ha primado haciendo este disco?
Yo creo que es la ternura. La ternura es algo que me mueve un montón un montón un montón. Además estamos haciendo algo ahora en paralelo que saldrá en poco y tiene que ver con ella, la ternura es clave, sí.
Y cuál te parece el momento adecuado para que el oyente se cruce con él
Limones de Oro para mí es un batiburrillo de emociones, te diría curativo, de acompañamiento, sobre todo, si alguien está un poco más solo o desubicado… Lo siento un disco que físicamente es un bosque, ¿no? Como que entras, te agarras y es como “venga aquí puedes descansar, puede que tu vida sea un caos fuera, pero si vienes aquí esto es lo que hay y somos toda esta gente cantándote”
Esto que cuentas se visualiza muy bien con el videoclip de Ventanas Cerradas que cantas con Pedro Pastor en una cabaña ¿estás feliz con el resultado audiovisual de IZARO?
Súper, me apasiona grabar videoclips porque me lo paso pipa y diseñarlos me encanta, pero es verdad que… te dejas todo el dinero jajajaj. Ahora estoy intentando controlarme un poco, porque si por mí fuera haría mil más pero no puedo porque no podría comer.
¿Hay algún tema que te apetecería grabar en especial?
Creo que diría Argia, con Amaral. Eso sí, las que me piden mucho movimiento ya están hechas: Oso Blanco (plata), Libre, Delirios…
Justamente la de Oso Blanco (plata) es la única del álbum en la que no colaboras
Sí, es curiosa porque para mí es como IZARO feat IZARO la banda. Desde Limones en Invierno nunca la tocamos como era, así que decidimos hacer cover de nuestra propia canción. Para mí es como de la banda, por eso en el clip aparecen ellos, mi técnica de sonido, de luces… En pandemia fueron mi brújula, giramos por Euskal Herria un montón cuando nadie podía salir de casa y aquello parecía Zombieland, y mientras nosotros ahí con la furgonetita. Literalmente para mí esa canción es IZARO feat IZARO, y me hace mucha ilusión.
Como artista vasca muchos te consideran pionera, a pesar de ganar libertad, ¿sientes más presión por ello?
Sí, sobre todo a veces he sentido que estoy y no a la vez, es como: para un sector pequeño en Euskal Herria no soy lo suficientemente vasca porque también canto en castellano, y para un sector pequeño español pues no soy bienvenida porque canto canciones en euskera. Entonces es como ni la una ni la otra porque haces las dos, pero a la hora de la verdad, el público está ahí.
¿Sigues algún criterio a la hora de hacer canciones en castellano o euskera?
Sobre todo me baso por la sonoridad, si en mi cabeza oigo ‘tu escala de grises’ ya tengo que ir por ahí. Es que mola un montón saber más de un idioma bien porque puedes elegir dependiendo qué palabra, de hecho algunas existen en un idioma y en otro no, y a mí eso me flipa porque aunque no tengas forma de decirlo, el concepto como existir existe aquí y en cualquier lado, es brutal.
Ponnos algún ejemplo.
Mira, en euskera tenemos la palabra BART , que significa ayer por la noche, lo que sería más o menos «anoche». Podemos decirlo literal «ayer por la noche» que sería «atzo gauean» atzo = ayer gauean = noche. Pero tenemos ese término especial para referirnos a ese momento en concreto, que es un término para mi súper sugerente y bastante romántico/nostálgico.
O por ejemplo «epeletan egon» edo «epeletara etorri». Epela es un término que para mí no se traduce literal al castellano, en realidad sería «templado» pero templado es adjetivo, de que algo está templado. Pero epela es un estado de ser propio y para mí resuena más como hogar o agustito o calorcito, y se dice rollo «epeletan ibili» «ibili» es ándate, rollo ándate en el calorcito, ¡es que ni lo puedo explicar! Rollo mantente templadito, cuídate, que no te pase nada. O, si tú estás en casa acurrucadita y quieres que alguien venga a acurrucarte contigo le dices «epeletara etorri» etorri que es ven. «Ven al calorcito», que no sería eso, pero no lo puedo traducir porque no existe. Pero espero que hayas entendido la idea jajaja.
Yendo al castellano se puede decir «nos echo de menos» a nosotros, yo a nosotros, ese tiempo verbal en euskera no existe y me gustaría que existiera.
En inglés me flipa el «i could use some help» podría usar ayuda, como concepto de usar la ayuda, que no tiene sentido en castellano, pero tiene mucho sentido en mi cabeza.
Tu gira cuenta con muchísimos destinos, incluso has salido del continente ¿qué significa para ti saber que te escuchan tan lejos? Estar en un escenario en Buenos Aires o Helsinki…
Es super curioso porque a veces pienso “no va a venir ni el tato a verme y me estoy pegando esta matada” y obviamente no está petado pero llegas y hay gente, y vienen con regalos y tienen tatuado tu nombre… Me emociona un montón porque yo qué sé, llegar a cualquier sitio y que siempre haya alguien…
No está petado pero llegas y hay gente, y vienen con regalos y tienen tatuado tu nombre
¿Cuál es tu parte favorita del directo?
Para mí un directo es escenario y publico 50/50, depende de cómo este el público el bolo sale de una forma u otra. Conectas con la emoción que están sintiendo allí abajo, de repente te llega toda esa adrenalina y te sientes libre, plena, y eso mola bastante.
¿Tienes alguna anécdota destacable de algún concierto de IZARO?
Es verdad que ves casi todo, mítico que decían los profes es que desde aquí se ve todo, pues es que es un poco verdad jajaja. Sí que a veces me ha pasado (pocas veces porque tengo un público súper amable) que alguien está molestando, tú pides al de seguridad que lo saque, él no lo hace porque no le ve problema, pero tú sí… cuando hay alguien incomodo al otro lado estoy inquieta pensando “paro el concierto, no…” y luego es verdad que me desconcentra muchísimo que empiece a llover.
¿Te ha pasado mucho?
Claro, es que encima en Euskal Herria jajaja. De repente ves a todo el mundo abrir los paraguas y… me paso en Sagunto, en cuanto los abrieron se me fue toda la estrofa, yo como tararirioriro. Si veo que el público está mal, me entra apuro y se me va la cabeza.
Cuál es la canción que más te llega verlos cantar
Libre me emoción un montón, y también Tu Escala de Grises.
¿Y tu sueño musical?
En realidad, es hacerme viejita haciendo esto, poder hacerlo toda mi vida, y cuando me canse poder jubilarme. Ese es mi sueño, convivir con la música.