Desde que Bakan desembarcó hace un año en Madrid, es el restaurante mexicano por excelencia de la capital. Durante mi visita a este templo del guacamole, las tortillas y la buena carne, no podía quitarle el ojo a las bandejas que sacaban los camareros por si mi elección de platos no había sido la mejor, y es que, literalmente, es el restaurante en el que más me ha costado elegir qué comer de lo bien que sonaba todo. Sigue leyendo y te cuento mi experiencia.
El Coolinómetro
Comenzaré El Coolinómetro de hoy diciendo que es, probablemente con diferencia, el mejor mexicano que he probado hasta ahora, y no miento cuando digo que fue realmente difícil la elección de los platos a degustar.
Nuestro menú se compuso de 4 platos: dos entrantes, un principal y un postre, acompañados, por supuesto, de tremenda michelada. El primer entrante fue el mejor de todos los platos que probamos, unas tostaditas de atún crudo con aguacate y puerro crujiente. aderezado con tamarindo y chile morita. ¡TREMENDO! De verdad que fue el mejor bocado de la noche.
Seguíamos la noche por todo lo alto tras los bocaditos explosivos de atún sobre esa base de tortilla crujiente, y no aventurábamos con un ceviche que llaman ‘Vuelve a la vida’, compuesto por langostinos, vieiras, pulpo, calamar, corvina, salsa marinera de jitomate con cítricos y aguacate. Todo eso, en un solo plato, con ese toque cítrico característico de los mejores ceviches y el remate picante, combinaron a la perfección para convertirse en unos primeros bocados inmejorables. Eso sí, recomendaría que si lo pruebas, sea a compartir entre varios porque si te envalentonas tú solo, al final acaba cansando el sabor.
Por cierto, pensarás que estoy hablando de México y me pedí un ceviche que es peruano, pero el ceviche también es tremendamente típico en México, sobre todo si lo acompañas de unas tortillas crujientes como en Bakan.
Llegaba el plato estrella: una buena carne asada a la leña como solo los mexicanos (y los argentinos, no nos vamos a engañar) saben hacer. Optamos por 400 gramos de Rib Eye madurado, que venía acompañado de guacamole, una mazorca asada, un pimiento habanero relleno de mozzarella, una pasta de frijoles y, cómo no, unas tortillas para que te hagas tus taquitos de Rib Eye. La calidad de la carne, el punto y la mezcla con los toppings para hacerte un buen taco es excelente.
Para terminar el festín, decidimos endulzarnos la noche probando el postre que nos recomendara el personal del restaurante, cuya elección fue ‘La Campechana‘, un pastel crujiente de hojaldre con helado de vainilla, dulce de leche y nueces. Excesivamente dulce y pesado, para mi gusto.
En general, y como comenzaba El Coolinómetro, es el mejor restaurante mexicano que hay ahora mismo en Madrid, con una carta completísima para todos los gustos y para que pruebes platos tradicionales -y tradicionales con una vuelta- de México que no encuentras en los típicos restaurantes y bares mexicanos. Por ello, pese a que quizás no se ajusta a todos los bolsillos, si quieres probar diferentes platos, es muy recomendable ir a probar este restaurante que, además, tiene un enclave inmejorable. ¡Viva México, cabrones!
Comida y variedad de la carta: 8,5
Trato del personal: 9
Ambiente: 8 (sitio muy bonito y con una decoración exquisita, pero el sitio y la experiencia te piden música ambiente mexicana. no reggaetón comercial)
Precio: 35–40 euros por persona
Localización: 10 (en plena Plaza de la Independencia: inmejorable)