En otoño se marchitan los amores de verano y caen como las hojas.
Este sol de otoño vuelve a huir de nuestras sombras, pero tú dejas de huir, y regresas como un animal herido.
Estábamos locos, pero éramos magia.
Llevaba su cámara siempre con ella y enfrascaba recuerdos en Polaroids, así no caducarían nunca.
Ambos sabían que un día encontrarían las palabras y serían sencillas.
Fueron al cine todo noviembre, se quedaban mirando los créditos hasta que la sala se vaciaba y luego miraban durante horas la pantalla en negro. Era su película favorita.
«Me pregunto si será cruel con nosotros este diciembre»