Entrevista a Colet: ¿Hasta qué punto se puede ser rara?

Pocas veces tenemos la suerte de cruzarnos con una voz tan sincera, por eso hoy celebramos habernos encontramos con un trébol de cuatro hojas en medio de la nada. Sujeta un micrófono y contesta al nombre de Colet. Decide cantar sin pelos en la lengua.

COLET por Alba González Robles

En su nuevo disco La Tapada, no sólo pasa por todas las décadas sonoras, también lo hace por los temas más variopintos ¿Hasta qué punto se puede ser rara? ¿Alguna vez  has desubicado tus sentimientos por un amigo? ¿Existen las videntes? ¿Están las víctimas de maltrato condenadas a vivir atrapadas en la tristeza? Son preguntas que a veces nos rondan la cabeza a las 3AM mientras intentamos dormir. Por fortuna Colet viene a resolvérnoslas en esta entrevista, y con suerte acaba con nuestro insomnio.

¡Bienvenida a Coolturize! Cuéntanos, cuál fue tu primer contacto con la música

Cuando tenía cuatro años vivía en Grecia, y había una chica en el autobús que cogíamos para ir al cole que tocaba el violín. Yo sabía que me iba a vivir a España otra vez y que no lo vería nunca más, así que le prometí le tocaría el violín por ella si me dedicaba una canción. Por eso al volver empecé con el violín, luego el piano, la guitarra, y ya en el conservatorio canto.

Y de ahí, cómo evolucionaste a Colet

A parte a los quince años me fui a Inglaterra soñando con formarme como actriz. Empecé a cantar en la calle para recaudando dinero: para la gente indigente e ir de fiesta, entonces tenía una amiga que reclutaba a la gente y decía “vale pues tenemos que ganar 20€”. Yo me ponía a cantar y cuando teníamos el dinero lo partíamos en dos, entonces íbamos a comprar alcohol y tabaco la verdad (risas).

Más tarde me rompieron el corazón, y sin saber muy bien por qué empecé a escribir para contar lo que me pasaba. Así la música se convirtió en mi manera de expresarme, mi terapia, etc. Nunca me planteé ser cantante, nunca me planteé tener un grupo, pero de repente tenía 25 canciones, y ahora 70, y digo: “Ostia por qué tengo tantas canciones escritas…”. Lo que llevó a que para mi 19 cumpleaños en lugar de una fiesta decidiese hacer un concierto donde reuní a un porrón de gente. Al final pues la la coña se convertirá en una realidad: me mudé a Madrid y aquí me he quedado, mi vida de querer ser actriz, estar en escenarios, grabar y cosas… ha cambiado por completo. Ahora lo que me gusta hacer es componer y cantar.

Tu último disco La Tapada, salió el 23 de marzo ¿Qué quieres decirnos bajo ese título?

Sí, es curioso porque APTC salió el 11 del 11, X TU CULPA el 11 del 1, 22 del 2 Don Federico y 23 del 3 La Tapada. No está hecho adrede, pero cuando me mandaron la planificación dije «Esa es, no cambio nada”.

Empecé a buscar todas las definiciones y me aparecían cosas como: tesoro enterrado, persona en la que nadie confía y de repente brilla

En cuanto al nombre se llama así por culpa de mi manager, que me dijo: «¡Eres la tapada de la agencia!» y yo pensando, qué coño es eso. Empecé a buscar todas las definiciones y me aparecían cosas como: tesoro enterrado, persona en la que nadie confía y de repente brilla, la primera mujer que puede llegar a entrar en un gobierno. De hecho a raíz de eso tengo una playlist en Spotify que se llama Destapada, donde incluyo todas las partes de mí.

El primer single que sacaste fue APTC ¿Ha sido un proceso poder decir «Voy al revés de todo el mundo, y lo mejor es que me da igual» o siempre lo has pensado?

APTC la hice con cinco minutos, una apuesta y un Whatsapp, es el resumen de la canción. Estaba hablando con un chico y justo me dijo: apetece. Entonces le contesté que porque no lo escribía sin las “e” a lo que me dijo: “Y tú por qué no haces una canción”. En cinco minutos le grabe una nota de voz, que es casi tal cual que como ha salido a la luz.

Mi madre siempre me lo ha dicho: “Anna, te hemos puesto un límite y tú vas y lo saltas, y te estampas, y lo vuelves a hacer” entonces sí que considero que ir al revés de todo el mundo es una filosofía de vida y de que la gente pueda empatizar con los raros. Y es que de pequeña te pueden decir que eres rara y tú no entenderlo, porque para ti misma eres la persona más normal del mundo. Y creo que en mis temas quiero plasmar un poquito que lo normal no es normal, y lo raro no es raro, aquí todos somos personas viviendo. Quizás lo que hago para mí es hacerlo del revés de todo el mundo, pero para otro es ir en la dirección que toca.

De pequeña te pueden decir que eres rara y tú no entenderlo, porque para ti misma eres la persona más normal del mundo

En el videoclip se ve a una Colet un poco perdida pero todo acaba en una fiesta, ¿es una metáfora para reflejar lo que sentías al escribirla?

Ese videoclip fue una movida (risas). Grabamos en Barcelona, lié a toda mi familia diciendo: «Un día con Colet a lo loco». Sí que está el mensaje de: te levantas en un sitio y no sabes donde estás, porque es como me he sentido muchas veces en este mundo. Te sientes súper fuera de cómo la gente actúa y te despiertas pensando, bueno pues hay esto, voy a hacer lo que a mí me de la gana y luego acabo la fiesta como yo quiero. Pero no desde la desubicación de «Ostia estoy perdida», porque aunque la gente te haga pensar que no encajas, quizás si lo haces. Si llevas todo lo tuyo por delante bajo el lema: Quiero hacer esto porque quiero, al final sale.

Colet, en X TU CULPA pueden apreciarse esos ecos al pop rock español de principios de los 2000 ¿Quién ha sido tu mayor referente?

En el disco cada canción es muy distinta. La oreja de Van Googh, Abba, Queen, Mecano… son referencias a saco para mí, por eso cada tema pertenece más a una década u otra. Sin duda X TU CULPA es el tema más madrileño, luego está DON FEDERICO que es súper electrónica, o el estribillo de CAÍDA LIBRE, que directamente es bachata, aunque no la haya escuchado en mi vida (risas).

Stefano Macarrone ha sido tu productor, ¿te ha guiado a la hora de conseguir ese toque madrileño?

Sí, con Stefano me estoy entendiendo mucho. Es muy guay. Además, yo soy de maquetar todo en casa, por eso cuando llegué al estudio nos encerramos dos semanas ambos. De lo que era a lo que es: una movida completamente distinta. Por ejemplo MAMA MARÍA, quería que fuese como Soy un gnomo – que de verdad es una de mis canciones favoritas – (risas). Stefano me ayudó a cumplirlo.

Volviendo a X TU CULPA hay un momento que cantas: “Tengo fobia a perder todo el control y aunque te quiera sin ti estoy mejor

A mí me inspira mucha gente: mi familia, mis amigos, diría pareja pero llevo siete años soltera (risas). En este caso fue un muy buen amigo, que siempre ha sido muy especial para mí. No sé si te ha pasado alguna vez pero, hay veces que no sabes donde ubicar a una persona en tu vida, y te confundes lo más grande. Él en esa época estaba trabajando fuera, y de repente me envío un mensaje diciendo «Cojo hoy un avión, nos vemos esta noche». Claro, yo me tumbé en la cama, y empecé a escribir: vuelves, me siento rara…

El miedo que tenía yo era sentir lo de antes, el no saber qué  pasaba. En esa situación tienes dos opciones: que pase o que no. Claro, si pasa algo puedes perder el control: perdiéndole como amigo, perdiéndote a ti, confundiéndole… Y eso me daba fobia. Nunca llegó a pasar nada, de hecho ayer lo vi y pensé que en qué momento me lo había planteado. No nos parecemos ni un poco (risas). Era todo la ilusión que me cree yo sola, como diría mi madre: «vivía de ilusiones la tonta de los cojones». Al final cuando quedamos le dije que o nos líabamos esa noche o nunca, así de fría. Me dijo que teníamos que fluir, y yo: «Mira, a mí este rollo ya no, después de tres años y medio, la teoría del fluir me hace querer mandarte a la mierda».

COLET por Alba González Robles

Querer fluir está tan de moda como la astrología, y tengo entendido que cada uno de los ocho temas de La Tapada reflejan las fases lunares, ¿qué hay entre Colet y lo místico?

Casi nunca lo digo pero, soy vidente desde que soy pequeña. Cada vez que lo suelto pienso: «Anna, cómo coño dices eso» (risas). Pero es que veo cosas, sueño cosas. Yo que sé, un accidente de coche en tal calle, pasa; tal persona está esperando una criatura, al día siguiente ecografía.

A veces la culpa no la tiene la luna, la tenemos nosotros

Hay una manía de culpar a los astros por nuestro comportamiento, por ejemplo pasa con Mercurio retrógrado. Y a veces la culpa no la tiene la luna, la tenemos nosotros. Entonces he querido que cada canción perteneciese a una fase, armonizándose con el momento en que compuse cada una.

Don Federico es una canción muy especial, logras hablar del maltrato con fuerza en lugar de tristeza

Es la canción más importante que tiene Colet, a nivel social,  personal, catártico.  Yo sufrí maltrato hace ocho años, con un rollo que tuve y bueno… Es una canción muy cruda, muy real.

De hecho es una canción que me hubiese gustado escuchar en aquel momento. Porque pasa algo con el maltrato, que cuando lo verbalizas, pretenden que tú llores, que te sientas mal, que te cueste contarlo. Si tú vas al super y se te cae un limón, lo cuentas tal cual, pues a mí si me dieron de ostias cuento que me dieron de ostias. Lo que pasa es que quien lo recibe es súper impactante, y ya desde el principio hay un rechazo. Un «le mato», «tienes que ir a terapia», «tienes que llorarlo, que sacarlo»… Y tú dices, bueno quizás yo lo que necesito es que estés a mi lado sentada en silencio. Que veamos una peli y saber que hay alguien que está ahí.

La canción habla de todo esto, de los abusos de poderes – que por cierto hoy ya he hecho cuatro capturas de casos de estos, porque está pasando cada día más – Cuanto más avanzamos, más retrocedemos. Hay tanto, que no hay una canción que a mí me identifique y diga «esto me ha pasado a mí y lo puedo bailar, lo puedo cantar». Don Federico no es una canción triste, es súper alegre, es una fiesta. Para mí es la máxima inversión del disco. Un: voy con todo. No por querer petarlo sino para que haya gente a la que pueda ayudar y gente que quiera ayudar.

El videoclip lo ha grabado Fran Granada y Cris Ortega ha sido la estilista, ambos son brutales. Salimos varias mujeres jugando al juego de las sillas y los hombres deciden cuando las quitan y nos matan, básicamente. Hay todo tipo de mujeres y tres hombres. Y no es que vaya a pintar yo «los hombres son súper malos» pero se da el caso, vaya tú que casualidad, que quienes están matando a las mujeres mayoritariamente son hombres.

Paula Latiegui Muñoz

Periodismo y Cultura