Hace unos meses se hizo viral en Internet esta foto de una isla basura del tamaño de Francia. La mancha de basura se encuentra flotando en el sur del Pacífico.
Para ayudar a frenar esto, te traemos 6 pequeños hábitos que puedes iniciar para frenar la contaminación del planeta. Estas pequeñas acciones pueden suponer un gran cambio en el largo plazo sin suponer un gran esfuerzo.
1. No utilices bolsas de plástico
La mayoría de las tiendas las cobran desde hace unos años, y España prohibirá que se vendan a partir de 2021. Este tipo de plástico tarda una media de 150 años en degradarse, y casi nunca se puede reciclar. Como alternativa podemos usar bolsas de rafia o totebags. Lo mejor es que comprando totebags a diseñadores emergentes contribuirás al desarrollo de nuevos creadores. Por unos 12 euros encontramos infinidad de estas bolsas con diseños geniales, que si cuidamos bien nos pueden llegar a durar años.
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2. Olvida las servilletas de papel
Estas son fáciles de sustituir por trapos o pañuelos que podemos lavar en vez de tirar. Las servilletas no tardan mucho en degradarse, pero el uso que hacemos de ellas es excesivo. Un paquete de 100 suele durar una semana y media, mientras que los trapos durarán hasta que se rompan. Además, una servilleta tiene un solo uso, al contrario que los paños, que se pueden utilizar todas las veces que quieras.
3. Di NO a las botellas de plástico
Lo más sencillo y cómodo es comprar una botella cada vez que nos entra sed en la calle. Es un mal hábito, bastante común pero también muy fácil de corregir. En este caso existen dos alternativas. Tenemos las botellas BPA Free, que a diferencia de las botellas convencionales no sueltan toxinas, y que se pueden reutilizar. O bien podemos optar por envases de cartón, parecidos a los tetrabrick, que son mucho más ecológicos que los de plástico.
4. Los chicles también contaminan
Muchos de nosotros tenemos la costumbre de masticar chicle para liberar tensión. Si hay un producto 0 beneficioso y 100% contaminante, es el chicle. ¿Os habéis dado cuenta de que ni el envoltorio ni el propio chicle se pueden reutilizar? Exacto. Tras media hora masticando, lo tiramos y su corta vida termina ahí. Podemos sustituirlos por caramelos a granel que no vayan empaquetados individualmente.
5. Ordenador sí, folio no
Las agendas y los cuadernos se quedaron en los 90. Actualmente todos tenemos tablets, ordenadores o móviles en los que podemos apuntar cualquier cosa. En vez de utilizar tres tacos de folios durante el curso, toma tus apuntes directamente en el portátil y ahorrarás folios y tinta. Además de ahorrar dinero, evitarás la tala de árboles. Para organizarte puedes utilizar el calendario de tu teléfono o descargarte alguna agenda.
6. Apoya los pequeños comercios
Sabemos que es mucho más cómodo hacer toda la compra en el súper más cercano. Pero si compramos en fruterías, apoyaremos a los comercios locales y estaremos consumiendo menos plástico. A diferencia de las grandes superficies, aquí las frutas y verduras no están envasadas, por lo que nos ahorramos el plástico que las envuelve. Si a esto le sumamos que podemos llevar nuestra propia bolsa de tela o nuestra cesta, la jugada nos sale redonda.