El tradicionalismo en las élites que la sociedad lleva combatiendo más de cincuenta años sigue siendo una realidad en la industria de la moda, de acuerdo a las estadísticas publicadas por Lyst acerca de las ventas en el tercer trimestre de 2019. Desde que por primera vez se publicase este informe sobre las firmas más populares entre los consumidores, sólo 25 han tenido el honor de ocupar alguno de los 25 puestos de la clasificación. ¿Estamos ante un caso de extremo conservadurismo? En absoluto.
Nuevas marcas surgen practicamente todos los días; otras mueren. No es cuestión de imposición, sino de gustos. Es muy difícil, por no decir imposible, mantenerse en la cresta de la ola por pura palabrería, algo bien deben estar haciendo casas como Gucci y Balenciaga que, trimestre tras trimestre, logran alzarse triunfadoras como las grandes favoritas del público. ¿Cuáles son las claves de su éxito? Claro está que no existen instrucciones concretas pero da la casualidad que las 20 marcas con mayores índices de popularidad comparten una idéntica serie de peculiaridades.
Encabezan la lista Off-White, Balenciaga, Gucci, Versace y Prada. A la cola se quedan Moschino, Balmain y Loewe (que entra por primera vez en el index).
1. Línea masculina y femenina
Es lógico que cuanto más amplio sea el espectro de clientes, mayor será su impacto. Por ello, las marcas que dirigen sus colecciones a sendos géneros tienen la capacidad de llegar a más público y elevar su popularidad. De hecho, sólo una de estas veinte firmas está orientada a los hombres en exclusiva.
2. «Buenas» sneakers
Según apunta el medio, hasta un 14% de las ventas es fruto de las zapatillas. Las cifras confirman lo que ya sospechábamos: los zapatos se han convertido en la pieza fundamental del look de cualquier prescriptora de estilo. Asimismo, la disparidad de los diseños dota a las marcas de identidad propia.
3. Un logo
En más de la mitad de los productos más vendidos se estampa el logo de la marca. ¿Por qué? Por una parte, existe el recelo a que las prendas sean confundidas por alguna imitación. De otro lado, cabe recordar que la logomanía no sólo lleva arrasando casi un lustro sino que no tiene previsto abandonarnos.
4. La gama correcta de precios
Contra todo pronóstico, el precio ideal se halla entre 200 y 500 euros. Resulta chocante que los consumidores no busquen el precio mínimo pero a las pruebas nos remitimos. Al fin y al cabo, conviene subrayar que la calidad de estas prendas se postula como la alternativa perfecta a la fast fashion de los gigantes empresarios.
5. Un diseñador estrella
Los diseñadores de estas marcas gozan de una media de dos millones de seguidores en las redes sociales que pone en valor su trabajo, acentúa su repercusión y favorece las ventas. Además, dado que muchos de ellos se han convertido en verdaderas personalidades, han logrado colaborar con modelos y revistas de gran tirón.
6. Un director cada 10 años
El poder corrompe y la monotonía aburre. Renovar la mente pensante en un espacio de nueve años y medio contribuye a preservar el espíritu de la marca enérgico e inquebrantable. Desgraciadamente, la desigualdad aún es una realidad en estas posiciones con un único 15% cubierto por mujeres.
7. Euro-centradas
Para bien o para mal, Europa sigue siendo el centro cultural e intelectual del planeta. El 95% de estas firmas se concentra en el continente de los castillos y, más precisamente, en Francia (50%) e Italia (25%). Para más inri, todos los desfiles se celebran en estos países salvo una excepción que apuesta por Londres.
8. Herencia o novedad
De las 20 firmas, un 65% lleva en activo más de cincuenta años y un 20% sobrepasan el siglo de historia. En el extremo opuesto, la marca más joven de la lista, con tan sólo una vida de cinco años, ha estado presente en el índice desde su publicación. Esto se traduce en una ligera confianza por parte del público en los diseñadores emergentes influenciada por una tácita renuencia a abandonar sus raíces.
9. Presencia en redes
No es de extrañar que en la era de la revolución tecnológica las redes sociales sean imprescindibles para ganar visibilidad. De hecho, hay marcas que acumulan cerca de 25 millones de seguidores, 38 millones de visualizaciones en YouTube y hasta 21 millones de hashtags en Instagram que vigorizan la idea de engagement.
10. Momentos icónicos
Ya decía el refrán que una imagen vale más que mil palabras y no andaba falto de razón. Hay fotos que inevitablemente pasan a formar parte de la historia de la moda tan pronto como son publicadas y esto, en términos comerciales, supone hasta un aumento en un 1000% de las visitas que recibe la marca.
11. Colaboraciones y extensiones
Colaborar con otras marcas redunda en beneficio por la doble exposición del producto, al igual que con las extensiones. Mientras un 75% se decanta por lanzar líneas de cosmética y fragancias, otro 55% apuesta por las colecciones infantiles. A otro lado, un 30% aboga por manufacturar productos para el hogar y decoración.
12. Modelos ecosostenibles
Por último pero no menos importante, un 50% ha firmado el acuerdo comercial G7 a favor del medioambiental y otro 40% se ha comprometido a reducir la huella de carbono en sus creaciones. Aunque cada día más consumidores priman esta característica, quizá simplemente sea producto de las políticas internacionales y su capacidad de inversión. Sea como fuere, a ellos les debemos los avances en la industria de la moda.