De todas las semanas de la moda habidas y por haber, quizá sea la Semana de la Alta Costura en París la que más lujo aglutina.
Desde las ricas personalidades que acuden a la fecha en que se celebra, pasando por el renombre de quienes allí exponen sus colecciones; parece que todo está confeccionado para engrandecer el prestigio de los grandes de la moda y seguir alimentando la absorbente leyenda de la industria. Sin embargo, en esta ocasión no solo han triunfado los peces gordos como Dior o Chanel sino que también lo han hecho otros no tan conocidos como Giambattista Valli. He aquí los 10 nombres a tener en cuenta para la próxima temporada.
Givenchy
Desde que Clare Waight Keller tomase las riendas de Givenchy, las colecciones se habían teñido de una sobria elegancia de reminiscencias inglesas. Esta temporada, la diseñadora ha dejado a un lado dicha escencia pero sin olvidar sus raíces. Y es que no hay nada más británico que la mujer de jardín. La colección se inspira en la correspondencia que intercambiaron Virginia Woolf y Vita Sackville-West, o más bien, en Sissinghurst, el lugar de residencia de Sackville-West.
Así mismo, como apuntó Waight Keller, la colección era su propia carta de amor a Hubert de Givenchy dado que la historia de la casa jugó un importante papel en el diseño de las prendas. Como cabe esperar, la combinación de influencias dió lugar a una pictórica colección que aúnaba su talento en la sastrería y la botánica. De hecho, la colección se asemejaba a un jardín hasta el punto que se podía interpretar como un libro de divulgación fotográfica: trajes negros con costura de flores, blusas de tul en forma de pétalo y faldas en clave de tulipán.
Chanel
Para su segundo desfile en cabeza de la firma, Viard decidió recrear el orfanato donde creció Coco Chanel, el claustro de la Abadía de Aubazine. Inmediatamente, este lugar se convirtió en una metáfora de la colección en sí misma. Expresando el contraste entre sofisticación y simplicidad que, en su día, hizo de Chanel una casa de moda pionera y adelantada a su tiempo.
Casi 100 años después, la necesidad de moderación en pro de la vida vuelve a ser una realidad en el sentido más estricto de la palabra. Atrás quedó, en cierto modo, la opresión del cuerpo femenino. Sin embargo, la austeridad sí es el único camino a la sostenibilidad ante la inminente catástrofe climática. Al apostar por trajes-chaqueta, Viard no solo retorna a los orígenes de la marca francesa sino que también le hace un favor al medioambiente. Con la atemporalidad de la colección, un traje puede que sea suficiente para evitar el consumo excesivo y desmesurado -aunque paradójicamente los precios no lo permitan.
Jean Paul Gaultier
Hace unos días, la industria de la moda recibía con angustia la noticia de la retirada de Jean Paul Gaultier, esperando su lóbrego último aliento. Pero los convencionalismos nunca han sido el punto fuerte del diseñador y no lo iban a ser ahora. De hecho, su funeral se convirtió en una autocelebración colectiva e individual, de sus logros y de su visión vital donde, más que una colección, se presentó una antología de su obra a lo largo de estos 50 años.
A través de más de 170 conjuntos, Gaultier plasmó no solo su estética sino también unos valores que empezaron siendo vanguardistas y siguen siendo progresistas. En otras palabras, su preocupación por la identidad de género, la diversidad, la sostenibilidad y la libertad -las mismas causas que le llevaron al éxito con pantalones reciclados y camisas viejas porque no tenía dinero- han sido materializadas en la pasarela mediante corsés masculinos, trajes andróginos, transparencias sofisticadas y un amplio rango de modelos intergeneracional y multiétnico.
Christian Dior
Huelga decir que la inspiración nace en los lugares más remotos por motivos aún más insólitos. En esta ocasión, Maria Grazia Chiuri dialogaba con Judy Chicago (pintora feminista de los ochenta) cuando esta planteó la relación entre creatividad y feminidad en una sociedad patriarcal que excluía a las mujeres de la historia a cualquier coste pero se encomendaba a vírgenes y deidades paganas de carácter femenino.
Habiéndose criado en Italia, a Chiuri le vinieron a la cabeza las diosas grecorromanas y las representaciones clásicas de Botticelli ipso facto. ¿Cómo plasmar esto en la Semana de la Alta Costura? Según Chiuri, la clave se hallaba en los peplos: las túnicas griegas se confeccionaban sobre el cuerpo femenino, a medida, como las creaciones de la alta costura. Así pues, una pasarela en forma de útero se llenó de diosas Dior cuyos vestidos prescindían de ataduras y apelaban all empoderamiento femenino: ¿Y si las mujeres dominasen el mundo?».
Elie Saab
Hay diseñadores que permanecen ajenos a la realidad, se refugian en los últimos bastiones por conquerir de su imaginación y simplemente se preocupan por mantenerse fieles a su subconsciente. Un claro ejemplo de esta figura es Elie Saab. Su última colección esta basada en un concepto sin evidencia alguna y, si cabe, de ciencia ficción. ¿Quién se atrevería, si no, a respaldar una relación entre el pasado de Europa y el México imperial?
Para expresar esta afirmación, el libanés hace de las perlas y las flores su máxima; dos elementos que incorpora a prácticamente todos los conjuntos -excepto a un par de vestidos turquesa. Sorprendentemente, tan recargados abalorios cumplen con creces su único comedido: adornar, pues ningún vestido se ve eclipsado por un exceso de ellos gracias a la marcada silueta de mangas desproporcionadas y capa exagerada que ciertamente respiran aires de realeza.
Schiaparelli
Cuando Schiaparelli aún le pertenecía a Schiap, el surrealismo solía ser el factor diferenciado de la marca. Tanto es así que llegó a encabezar las listas de lo estrambótico y fantástico. Su sucesor, por contra, está más interesado en cuánto de realista tenía este surrealismo. El trabajo de Roseberry, si bien no reniega de las raíces de la marca, sirve como una especie de documentación historiográfica que compara la dualidad cotidiana, el contraste de lo normativo y lo teatral que identifica con el día y la noche.
Por ello, abrió su colección con una gama de sastrería irrefutablemente de calidad y la cerró con modelos propios de actuaciones nocturnas. El surrealismo, por contra, se personó en todos y cada uno de los looks; mientras en los más sofisticados llevaba forma de escote o trasparencias, los del lado histriónico incorporaban faldas maximalistas o todo el espectro de colores del parchís.
Valentino
Dado que las colecciones suelen tener una narrativa y un mensaje que expresar, son pocas las veces que las prendas no tienen que atravesar una dura selección para llegar a la pasarela. Este nivel de detalle había sido hasta el momento uno de los principales factores del éxito tanto de la casa Valentino como de su diseñador, Pierpaolo Piccioli. No obstante, Piccioli parece cansado de la intrusión de disciplinas de índole político-social en la moda. Como él mismo argumenta, a él le gusta la moda por sí misma, por la imagen y, además, los grandes como Balenciaga o Saint Laurent nunca se centraron en una temática para sus colecciones.
Ahora Piccioli, en un ejercicio de libertad ha decidido sumergirse en un proceso de decostrucción para darle cabida a la verdadera esencia de la alta costura: «cuando hablas de alta costura, hablas de sueños, pero los sueños son la expresión de algo subconsciente». Luego, esta colección quizá sea una radiografía de los sueños que subyace en la mente de Piccioli; eso sí, en clave de plumas, colores y volúmenes.
Giambattista Valli
El modo de presentar una colección suele ser una gran revelación acerca de la perspectiva del creador y su intención para con el consumidor. Valli forma parte de la categoría de empedernidos pero innovadores: su visión de la costura es más bien tradicional, es decir, ha de brillar por su calidad excelente; sin embargo, su acercamiento a ella es radical e incluso anticonvencionalista. De ahí que el formato de su ultima colección haya sido una exposición en la que se podía observar hasta el mínimo detalle sin necesidad de aburrir una veintena de looks que se suceden por la pasarela monótonamente.
Además, con esta exposición Valli también satisface a su espíritu infantil frustrado por no poder acceder a los desfiles de su Italia natal cuando apenas estaba empezando ya que la exposición permaneció abierta durante varios días y a todos los públicos. En cuánto al contenido, los exuberantes ojos de pez son suficiente indicador de unos no menos exuberantes tules mayúsculos, adornos artificiosos y acabados surrealistas.
Maison Margiela
Como recientemente apuntaba John Galliano en su podcast «The Memory Of… with John Galliano», la concepción del lujo ha cambiado radicalmente. Para bien o para mal, la conciencia ética se ha tornado en una de las tendencias más potentes del mercado y; recordando que la alta costura es un negocio, el diseñador considera que su labor se debe basar en cumplir con esta finalidad para así, de paso, combatir el consumo desorbitado y despilfarro de antaño.
Dicho esto, aunque Galliano optó por la manera más habitual de sumarse a la causa de la crisis climática, el resultado no fue nada patentado. Modelos empoderadadas y más seguras de sí misma que nunca se abrieron paso entre una notable audiencia con monos agujereados, vestidos de calicó y muselina, abrigos maximalistas y colores a tutiplén que una vez más ponían de manifiesto tanto la capacidad creativo como performativa de John Galliano.
Armani Privé
Dicen que la fórmula del éxito radica en el cambio y esto lo sabe mejor que nadie Giorgio Armani. Cuenta con 3 marcas y cada una ha logrado mantener su propia esencia. Armani Privé, como él indica, es la de las mujeres ricas, libres de marcas porque su nombre ya constituye una. En esta ocasión, parece que su mayor desafío ha sido dejarse llevar. Acostumbrados a colecciones de rígida estructura y prendas estrictas, la de la Semana de la Alta Costura Primavera/Verano 2020 es un soplo de aire fresco.
Para conseguirlo, Armani ha abandonado las siluetas marcadas y se ha sumergido en un complejo proceso de deconstrucción. Afortunadamente, los tintes éticos (y futuristas) y el Ikat como tejido protagonista le han conferido a la colección el estatus que merecía. No cabe duda de por qué sus amplio rango de clientas le jura lealtad eterna, por dispares que sean la figura de una asistente a los Grammys y una Madame francesa.