La gentrificación es un proceso mediante el cual  la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor. El proyecto del artista Blonde Poulain, ‘Cinco relatos sobre la gentrificación y la nueva movida madrileña’, aborda este fenómeno a través de cinco canciones y una pieza audiovisual a modo de denuncia.

 

Entrevistamos a Pablo Nicolás Botía, más conocido como Blonde Poulain, diseñador gráfico procedente de Murcia y residente en Madrid que ha sufrido el problema de la gentrificación en sus propias carnes.

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Tras la publicación de su álbum Hoy aquí, mañana allí en 2015, lanza este año el recopilatorio  Cinco relatos sobre la gentrificación y la nueva movida madrileña. Este lanzamiento va acompañado de Madrid Castizo la pieza donde recoge los últimos vestigios de los barrios del Madrid Central que han sobrevivido al proceso de estigmatización, revitalización cultural y consiguiente elitización de la ciudad.

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En 5 años has vivido 3 mudanzas forzosas por el incremento del alquiler en Madrid, ¿cómo viviste estos cambios?

He llegado a vivir por el Barrio de las Letras, Malasaña y Lavapiés, en un periodo de tiempo bastante corto. Por una parte me ha hecho descubrir cada una de estas zonas a fondo, y a adoptar un estilo de vida bastante nómada. En cada mudanza he ido teniendo menos apego por los bienes materiales y más por lo efímero. A base de mover cajas de un lado a otro, aprendes a depender menos de tus posesiones físicas.

Es bastante díficil encontrar alquileres que no te pidan 3 meses de fianza, o un mes de agencia que ya puedes dar por perdido.

Y de esto se aprovecha todo el mundo, para incrementar  un poco más el precio del alquiler cada vez que vence el contrato. Si a esto le sumas facturas de luz, agua, internet y gas, en inmuebles antiguos que no tienen certificaciones eléctricas eco-sostenibles y con infraestructuras obsoletas, te encuentras con unos gastos imposibles de sostener, y con unas condiciones de calidad de vida que no son acordes al dinero que pagas por vivir ahí.

He llegado a estar en pisos sin luz y con humedad, que aparece como por sorpresa tras unos meses bajo esa capa de paredes blancas recién pintadas, que ocultan estos problemas hasta después de haber firmado un contrato con permanencia de un año… En el mejor de los casos, puedes moverte cada año a lo que esperas que sea una oportunidad mejor.

¿Crees que este problema que se da en barrios como Lavapiés, Tirso de Molina o Malasaña tiene alguna solución?

El problema al final es de todos y cada uno de nosotros, de los que aceptamos estas condiciones de juego y somos participes en mayor o menor grado de los efectos de la gentrificación; de las políticas que la regulan, y de los entes económicos que presionan a generar mayores beneficios sin tener en cuenta los efectos en la vida de las personas. La solución más inmediata es votar con cabeza en las próximas elecciones a nivel macro, y tomar parte de las actividades y organizaciones vecinales, de barrio, cooperativas… que pueden dar solución a un nivel micro. 

«La música para mi es una vía de escape de la rutina, y una forma de poner en valor los recuerdos y vivencias del día a día. Un cuaderno de bitácora urbano, que se nutre de los dos factores principales que para mi definen Madrid frente a otras ciudades: la unión en un mismo espacio de la gentrificación con la nueva movida madrileña.»

Bares de viejos, tiene un claro sentimiento de nostalgia, ¿lo compusiste para mantener el recuerdo o para proyectar una denuncia social en contra de la modernización del barrio?

 Todas las canciones que compongo tienen esa doble lectura, de preservar en el recuerdo aquello que merecía la pena y por desgracia ha ido desapareciendo; y de evitar que siga sucediendo, concienciando de la problemática existente. Que se modernice el barrio, no es necesariamente algo negativo; siempre que se preserve y se actualice de una forma responsable y respetuosa la tradición y el comercio local.

En otro de tus temas, Esgrima,7, dices que la gentrificación es algo inevitable, ¿qué es lo que crees que falla para que los jóvenes no sean capaces de convivir con las tradiciones de toda la vida?

 No lo digo yo, lo dice Yung Beef, en una entrevista con David Broncano en el programa de La Resistencia. Pero efectivamente, parece que es algo inevitable, salvo que queramos evitarlo y lo hagamos. El problema no es tanto de los jóvenes, porque en los sitios más tradicionales hay gente de todas las edades. La gentrificación no entiende de edades, sino de clases sociales y de poder adquisitivo. La lucha y la diferencia más evidente es la de siempre, la económica. Si alguien paga más por montar un negocio de cupcakes y muffins a 5€, acabará cerrando la cafetería que te ofrece el café con magdalenas por 2€. Pero tendrás muchos más likes con tu foto cuqui en Instagram.

También se escuchan frases como “(…) bicicletas fixies, selfies y pibes, edificios enteros de airbnb, la masificación es lo que consigue”, a raíz de esto, ¿qué eliminarías antes en el barrio: el famoso fenómeno del “postureo” o la masiva turistificación?

El postureo es casi más peligroso porque existe en la gente local y en los turistas.

El turismo masivo se puede regular, como en otros países de Europa, donde existen tasas e impuestos destinados al desarrollo y la promoción del turismo responsable.

¿Cómo ves el futuro de estos barrios?

Dependerá mucho de las próximas elecciones, tanto autonómicas y municipales, como nacionales. La conciencia social del individuo creo que existe. Falta que se pase a la acción en pequeñas decisiones del día a día, y formas de incentivar y activar la vida en los barrios.