La lucha incansable contra el cambio climático parece que empieza a dar sus primeros pasos hacia el mundo.

Se acabó comprar frutas en bolsas de plástico para tirarlas una vez sales del supermercado. Se acabaron los recipientes inútiles envueltos en plástico que guardan mayor cantidad de plástico en su interior. Ya no habrá cubiertos, platos y vajillas de plástico que tanto adornaban nuestro entorno. Pensábamos que el plástico lo facilitaba todo, sin tener en cuenta que esa facilidad era la que más contaminaba.

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Ya no habrá más productos plásticos oxodegradables, aquellos que contienen aditivos y promueven la oxidación, descomponiéndose en microfragmentos. Los cuales contribuían en mayor medida a la contaminación medio ambiental.

El miércoles 27 de marzo de 2019 quedará para la historia. Ante la desesperada situación climática y contaminante en la que nuestro planeta se encuentra, el Parlamento Europeo se reunía una vez más bajo la atenta mirada de cientos de miles de europeos.

El motivo principal de este encuentro ha sido «la reducción del uso de plástico« (en sitios como supermercados). Así pues cómo marca el protocolo en los temas que llegan al parlamento, se llevó a cabo una votación que resultó favorable hacia la puesta en marcha de esta medida.

Esta nueva normativa con la prohibición del uso de plásticos un solo uso facilita el camino hacia el progreso climático. Está previsto que esta ley que entre en vigor para el 2021 en todos los Estados miembros de la Unión Europea.

Los aspectos más relevantes que recoge dicha ley se podrían sintetizar en el hecho de que los estados miembros de la UE deberán introducir medidas que reduzcan el uso de plástico en alimentos, bebidas, tapas etc., haciendo especial referencia a la presencia de estos en supermercados.

Para 2025 se estima que las botellas de plásticos deberán estar hechas con un 25% de material reciclado y de cara al 2029 que este porcentaje pase a ser de un 90%.

Otro de los tema que se trató fue la conocida como «invasión de las toallitas« que junto a filtros de tabaco y tazas (entre otros muchos residuos) obstruyen las alcantarillas.

Una de las medidas que insta el parlamento a poner en marcha es hacer uso del principio de «quién contamina paga» pudiendo de esta manera multar a las diferentes compañías, agentes sociales, sujetos etc. que hagan un uso indebido de estos plásticos o materiales contaminantes.

 

 

Como dato relevante cabe destacar que cada año los europeos generan 25 millones de toneladas de residuos plásticos, pero menos del 30% se colecta para ser reciclado. Y, más del 80% de basura marina es plástico.

 

Esta medida indica que estamos en el camino hacia el cambio, pero no debemos olvidar que el cambio en parte esta en todos los que vivimos y consumimos este planeta, y es tarea de todos contribuir en ello.