Mireia Ferrer nos habla de su debut literario Desayuno en Brooklyn, la vorágine neoyorquina y el shock cultural que conlleva vivir en esa gran ciudad.
Desayuno en Brooklyn es el debut literario de la historiadora del arte y profesora universitaria Mireia Ferrer.
La novela es un relato de autoficción inspirado en la experiencia personal de la escritora durante du estancia en Nueva York. Su alterego se encuentra en la gran ciudad para seguir las huellas de un ilustrador valenciano. Y a la vez que narra sus hallazgos y reconstruye la vida del artista, nos cuenta todas las experiencias nuevas que la capital le está brindando.
En esta entrevista Mireia Ferrer nos cuenta un poco más sobre este diario de viaje lleno de reflexiones que pertenece sin duda a la corriente del realismo.
Coolturize: ¿Cómo nace Desayuno en Brooklyn?
Mireia: Esta obra la empiezo a escribir en Nueva York cuando me voy con una beca post doctoral a escribir sobre la vida de un pintor. Allí intento reconstruir su vida a través de sus cartas y al mismo tiempo que hago eso, reconstruyo la mía (risas) y escribo sobre lo que me pasa a mí. Entonces mientras escribo un relato a modo de ensayo de historia del arte escribo el mío propio, en el que además la protagonista (que es un alterego) es una historiadora del arte que está escribiendo un relato sobre un pintor Valenciano que estuvo en Nueva York.
Eso que comienza así se va gestando, yo vuelvo de Nueva York después de tres años y eso se queda en un cajón al cual yo acudo cada vez que me apetece. Y poco a poco voy reescribiendo, rehaciendo y me voy curando de todo lo que me ha pasado en Nueva York. Porque claro, a Nueva York no vas y vuelves indemne (risas).
En el momento en el que decido a publicarlo ya es bastante después. Hace un año casi. Y me decido a publicarlo porque considero que puede ser interesante para las personas leerlo.
C: ¿Cuál es el punto fuerte de esta novela?
M: El libro relata la experiencia de vivir fuera, en una gran ciudad, en un momento vital en el que te crees que te vas a comer el mundo. Y creo que lo que le pasa a la protagonista de la novela es algo universal y en lo que cualquiera que ha vivido fuera de su ciudad se puede sentir reconocido.
Además refleja un Nueva York diferente a la que la gente conoce. Está basado en Williamsburg, que en 2008 era el centro de la gentrificación del mundo. Y acaba de ganar Obama, entonces es un momento para Nueva York y para USA en general de muchísima esperanza y cambio.
Refleja también el la parte del mundo del arte que la gente no conoce. Porque yo allí me movía mucho en museos, fiestas de coleccionistas, galerías, ferias de arte contemporáneo… y ese mundo también un poco hipócrita del arte se ve. Y eso creo que es muy interesante.
C: ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en tu libro?
M: Indudablemente por más que los escritores reproduzcamos vidas ajenas, siempre nos estamos reflejando a nosotros mismos. Yo he trabajado desde la ficción pero con mucho apego a la realidad. El libro está lleno de personajes reales y muchas referencias reales, como cuando gana Obama las elecciones.
Eso sí, en mi novela me he permitido el lujo de inventarme cosas que a mí me apetecía que hubieran pasado o que me hubiese gustado encontrar datos sobre eso en mi investigación pero no encontré documentos que lo atestiguaran.
C: ¿Te apetece seguir escribiendo literatura?
M: Sí, la verdad es que yo siempre había escrito, lo que pasa es que no lo había publicado. Y tengo escritos otros textos.
Me apetece seguir escribiendo desde un lugar muy amateur. Amateur en el sentido de que no me apetece entrar en la rueda de sentirme presionada para tener un resultado. Yo soy profesora de universidad, doy mis clases y me apetece escribir como algo que disfruto y creo que puede hacer disfrutar a otros. No quiero que se convierta en algo que me presione y me tenga que producir un dedito. Eso me haría tener una relación con la literatura que no me apetece tener.
C: Como mujer que se ha ido a vivir durante tres años la experiencia americana más cruda. ¿Qué es para ti lo mejor de Nueva York?
M: Nueva York es una ciudad que te cambia la vida. Si quieres experimentar vete a Nueva York, porque es una ciudad que no te deja indiferente y en la que te van a pasar cosas seguro. Es casi imposible que no te pase nada. Es un baño de vida, de muchas muchas experiencias.
C: ¿Y lo peor?
M: Y lo peor es que es una ciudad líquida, en la que las relaciones son muy efímeras. La gente tiene poco apego a las cosas y a las personas. Y si vienes de una cultura como de la nuestra, que tenemos tanto apego a la familia, a los amigos… que nos aferramos y es lo que nos sirve de anca pues es muy difícil, porque te hace daño. Tú no quieres desprenderte de las personas y justo esa lucha es la que vive la protagonista. El cómo meterse en la rueda de Nueva York para que todo fluya y le pasen muchas cosas y al mismo tiempo protegerse de ese tipo de vida en la que nadie adquiere compromiso con nadie ni con nada.
C: ¿El Consejo de Mireia Ferrer para los jóvenes escritores que están empezando?
M: Mi consejo es que las cosas tienen su curso. Yo por ejemplo este texto lo he escrito en 2008 y lo he publicado en 2020 y no ha sido por azar. El propio texto fue el que en un momento dado me dijo: ahora. Hoy en día nadie quiere esperar, todo tiene que ser rápido y cuando las cosas están hechas con urgencia se nota. Y lo peor que puede tener un texto es ser urgente. Las cosas tienen que madurar.