Cuando viajas a Polonia, piensas que te vas a alimentar a base de McDonald’s o Burger King, pero nada más lejos de la realidad. Polonia posee una gastronomía desconocida pero tremendamente exquisita.
Nuestra ruta consistió en tres ciudades polacas: Varsovia, Breslavia (Wrocław), y Poznań. Nuestra idea sobre la alimentación que íbamos a tener en Polonia cambió desde nuestra primera noche en Breslavia, primera ciudad en la que estuvimos, cuando fuimos a un restaurante que nos recomendó una amiga que estaba de Erasmus: el Kurna Chata.
La segunda foto se trata de la comida típica polaca que nos prendó: el zurek. Es una sopa servida en un recipiente hecho con pan. En nuestro caso consistía en una sopa de carne y setas, pero que suele llevar salchichas y huevo duro. La modalidad típica del zurek también la probamos en algún momento, prácticamente comíamos esta sopa todos los días, pues era barata y necesaria para calentarte tras un día de frío báltico.
Durante nuestra estancia en Poznań fuimos a un bar muy conocido en la zona, cuya especialidad es la patata. Todos los platos llevan patata, y están riquísimos. Pedimos una especie de filete empanado, con la sorpresa de que en vez de carne, era patata lo que estaba rebozado. Nos encantó también un plato que era como una carbonara pero sin pasta, efectivamente, la salsa bañaba más patata. Aquí os dejamos el enlace del bar.
Finalmente, en nuestro tiempo en Varsovia, además de disfrutar de más zurek todos los días –nunca puede faltar si quieres sobrevivir al frío invernal polaco, y es que, además, ¡está buenísimo!-, descubrimos otra de las delicias de la gastronomía polaca: los pierogies. El pierogi es un tipo de pasta con forma semicircular (como una empanadilla), a la que se le puede meter dentro lo que se desee. Suele estar relleno de quesos, carnes, cebolla, o huevo. A nosotros, personalmente, nos encantaron unos que estaban rellenos de carne, con cebolla caramelizada por encima y, para poder bañar tu pierogi, una salsa de queso. Simplemente espectacular.
A modo de conclusión, si recomendamos Polonia por su pasado soviético y esa influencia en la arquitectura del país, por sus casas de colores, y por su cerveza –este apartado también da para otro artículo-, aunque parezca mentira, también destaca por su comida. Poned un zurek en vuestra vida.