POR: LAURA VAQUERO
Una edición más, pero con sol y sin mascarillas. El SanSan ha acogido en su recinto de Benicàssim (Castelló), en el que tantos festis hemos vivido, a más de 40.000 asistentes. Durante el finde de Semana Santa han pasado más de 40 artistas ofreciendo una gran diversidad musical y un cartel de los más heterogéneo. Si algo ha sido esta edición es mix de estilos y de grupos que han permitido no tener que encorsetarse en un solo género. Esta edición ha atraído a fans de los más variados.
Primer día: Zoo se lleva la gran porción del pastel
El primer día estuvimos sufriendo por si nos llovía, pero el día fue mejorando y el sol cada vez se dejó ver más aparcando en el pasado la maldición que acompaña al SanSan los últimos años.
El recinto fue llenándose tímidamente, pero en el concierto de Ciudad Jara ya tenía el ambientillo que caracteriza a la explanada que da la bienvenida a otros festivales como el FIB.
Las barras empezaron a llenarse de festivaleros que reclamaban la primera birra con el vaso y su chip y camisetas de Zoo salían de debajo de las piedras.
Entre los grupos más festivaleros, sin duda, destacaron la Casa Azul y Crystal Fighters. El primero dio un espectáculo que no podía defraudar a nadie: escenificación e iluminación futuristas y adictivas y no actas para epilépticos. Y como no, no podía faltar ‘La Revolución Sexual’.
Para llenar el recinto de las mayores good vibes, llenaron el escenario los componentes del grupo indispensable en cualquier festival, los míticos Crystal Fighters. Iniciando su espectáculo con una de sus canciones más icónicas, I love London. Salieron ofreciendo ese show al que nos tienen acostumbrados. Los colores llamativos, los outfits de comunas hippies y esos coros de voz femenina que te hacen flotar sin haber consumido ningún tipo de anfetamina. Sus himnos y éxitos del FIFA y la motivación que generan en el público supera la barrera generacional: año tras año contagian su espíritu happy flower.
Steve Aoki fue el responsable de cerrar los conciertos grandes y nos dio de lo que ya conocemos de él: caótico y lleno de energía.
Segundo día: Pachangueíto con Rozalén
El segundo día el tiempo se dejó de ambigüedades y nos regaló un día digno de primavera en la terreta. Los brilli brilli se vieron más entre los asistentes y más de un grupo de amigos se dejó caer por el recinto con disfraz conjuntado.
Kase.O propició que se concentraran muchos festivaleros en el escenario en el que iba a actuar con antelación abriendo el show con una gran complicidad con sus músicos. El artista buscó hacer partícipe al público durante todo el concierto.
Las pizzas cayeron como panes para reponer fuerzas y nos preparamos para escuchar a una Rozalén especialmente emocionada. Con ojos vidriosos, hizo un plot twist en toda regla cuando pasó de cantar sus temas más calmados, melancólicos y emocionales a dejar que sonaran ritmos latinos con alguna que otra canción con influencia rancherita. Ella y su banda llenaron el escenario manteniendo su esencia y adaptándose más al formato festival.
Después de ella, aparecieron unas Tanxugueiras que se estrenaban en el mundo de los festis. Animaron a más de uno a intentar tirar de baile gallego regional consiguiendo más un híbrido entre una jota y bailecito de Coyote Dax.
Entre tanto, en el escenario Calaverita tocaron grupos alternativos para aquellos que no les encajaran mucho los conciertos grandes y algún que otro dj hizo maravillas varias, como Innmir. La carpa consiguió aglomerar a la gente ofreciendo una rave digna de mención.
Tercer día: La primera vez de Dani Martín por todo lo alto
El último día fue ese en el que el brilli brilli que llevaban los asistentes (algunos incluso del día anterior) iba resbalando del calor y la resaca ya comenzaba a acompañar de más.
Álvaro de Luna fue dejándose llevar a medida que iba avanzando la actuación. Consiguió conectar con el público y marcarse un largo bis ‘Juramento de Sal’ que encajó a la perfección con lo que buscábamos los que estábamos disfrutando de la cerveza y el concierto.
Sin duda, el concierto que más asistentes reunió fue el de Dani Martín. Con un comienzo espectacular, siendo sinceros Dani tiró a lo seguro: encandiló al público con las canciones más representativas de El Canto del Loco: empezó con ‘La suerte de mi vida’ y terminó con el himno nacional ‘Zapatillas’.
‘Tal como eres’, ‘Foto en Blanco y Negro’ o ‘Volverá’ fueron algunos de los temas que interpretó del grupo que terminó hace más de una década, pero que no superamos. Pero también tiró de sus propios éxitos consiguiendo que el público se entregara al máximo: ‘Cero’ o ‘No, no vuelve’ fueron de las canciones con las que más consiguió conectar. Todo ello, con una iluminación llamativa acompañada de fueguitos que salían de vez en cuando y le aportaban toda la espectacularidad posible.
Dani Martín dejó claro que era su primer festival, pero también que quería estrenarse bien: con monólogos canallitas, su chulería inherente y menciones a colegas de la profesión que actuaban también en el festival. Consiguió ganarse la simpatía de miles de asistentes que lo miraban con adoración y que recibían con los brazos abiertos el par de zapatillas que lanzó el vocalista para dar la nota final.
SanSan 2023… te tenemos ganas
A pesar de que el cartel no ha sido de los más prometedores teniendo en cuenta que la última edición se celebró hace medio año ha valido la pena. El buen tiempo, las ganas de fiesta y la predisposición de la gente a disfrutar de un festival sin restricciones ha permitido que la edición acabara con éxito. Y qué decir de la cancioncita oficial del festival titulada con el mismo nombre y de Emlan. Nos ha acompañado en cada escenario antes de cada concierto y que ha conseguido meterse en la cabeza de cada asistente…mejor promo, difícil. Si no la has oído, escúchala, aunque igual entras en bucle.
Nos vemos SanSan en unos mesecitos, te esperamos con más brilli brilli y más pasta para las birras.