Estafadoras de Wall Street (Hustlers) es la película de Jennifer López que nos cuenta la historia de cómo cuatro strippers estafaron a muchos peces gordos del mundo financiero. El largometraje está basado en hechos reales y adapta el reportaje Jessica Pressler publicado en el New York Magazine y se estrenará en salas el 8 de noviembre en España.
La película está protagonizada por la diva del Bronx en el papel de Ramona y Constance Wu (Crazy Rich Asians) que da vida a Destiny. El papel de Jennifer López en Estafadoras de Wall Street no se ha limitado únicamente al de actriz, sino que también ha sido una de las productoras de esta historia. Les acompañan en el reparto Lili Reinhart (Annabelle) y Keke Palmer (Mercedes), las otras dos chicas que forman parte del grupo estafador. También aparecen en la pantalla caras conocidas del panorama musical como Cardi B. o Usher.
La historia de estas cuatro mujeres podría tratarse de una versión moderna de Robin Hood. Teniendo en cuenta sus pésimas condiciones tras la crisis de 2008, estas strippers deciden atacar a los que ellas consideran los culpables de la mala situación económica, los corredores de bolsa. Utilizan también como justificación a su actividad delictiva el hecho de que ellas solo les dan el empujón a hacer aquello que tarde o temprano iban a hacer: drogarse y gastarse el dinero de la empresa en un club de striptease.
La película busca dar la imagen de mujeres fuertes y empoderadas y en más de una ocasión transmite mensajes feministas. Cabe reseñar el empeño que tienen las protagonistas en valerse por sí mismas y no depender de nadie. Además, Ramona hace una interesante reflexión en la que compara a Estados Unidos con un club de striptease. Además, la directora de la película, Lorene Scafria, ha explicado esta comparación en una entrevista diciendo que a las mujeres son valoradas por su belleza y los hombres por su dinero, tal y como ocurre dentro de un club.
No solo el contenido es feminista, también lo es el continente. La película está escrita, dirigida y producida por mujeres. Además, adapta el trabajo de otra mujer y las mujeres son en todo momento mayoría en la pantalla. El papel de los hombres es en todo momento secundario. De hecho, al terminar la película, apenas se recuerdan la cara de los personajes masculinos de esta historia. Estos suelen ser en el caso de las parejas unos celosos y machistas, y en el caso de los clientes unos babosos con aires de superioridad.
Destaca la visión con que la directora cuenta la historia. Va mucho más allá de la purpurina del club y de criminalizar a las estafadoras y profundiza en su situación personal y todo aquello que lleva a las cuatro chicas a drogar y robar a peces gordos de Wall Street. Se trata de una de esas historias en las que los malos se convierten en los buenos.
Además, a pesar de tratar sobre un grupo de strippers, la directora ha conseguido que escenas que en otras ocasiones serían sexys e incluso sexistas, como lo es el baile al principio de Jennifer López, imponga e incluso llegue a intimidar.
La película combina la comedia con momentos más trágicos y emotivos de una forma amena que hace que las casi dos horas de película se pasen sin apenas darse cuenta. Estafadoras de Wall Street es sin duda una grata sorpresa en el panorama cinematográfico de este año.