temporada dos la casa de las flores
Al igual que en la primera temporada, la serie muestra los valores feministas y a favor del colectivo LGTBI.

La temporada 2 de la Casa de las Flores se estrenó el 18 de octubre a Netflix. El culebrón millennial de Manolo Caro tenía que resolver en esta segunda entrega todas las incógnitas que quedaron abiertas en la primera temporada.

A lo largo de este artículo se va a hacer referencia a momentos de ambas temporadas, especialmente de la primera, por lo que te recomendamos que no sigas leyendo este artículo si aún no te has puesto al día, siguiendo nuestra guía contra los spoilers.

https://twitter.com/NetflixES/status/1185088746275987456?s=20

La segunda temporada comienza en Madrid, aunque por poco tiempo. En la nueva casa de Paulina es donde aparecen dos de los nuevos personajes: por un lado Purificación, la hermana de María José (Paco León) interpretada por María León. Por otro lado conocemos también al vecino confidente, al que da vida Eduardo Casanova.

Uno de los puntos fuertes de esta temporada son las nuevas tramas. Por un lado, están los esfuerzos de Paulina por recuperar la florería, que pasan por levantar el cabaret. Además, Julián se enfrenta a dos nuevos cambios en su vida al mismo tiempo: por un lado la paternidad que le fuerza a madurar e intentar comportarse como un adulto, y por otro lado la vuelta de Diego, el hombre del que está enamorado, pero que robó la fortuna de la familia. Elena, por su parte, comienza a trabajar como arquitecta y deberá esforzarse por hacerlo lo mejor posible en un mundo de hombres. Dejando a un lado a los tres hermanos, Ernesto, el padre de los De la Mora, tras salir de la cárcel y perder en pocos meses a su mujer y su amante, ingresa en una secta que intenta quitarle todo el dinero.

Al igual que en la primera temporada, la serie muestra los valores feministas y a favor del colectivo LGTBI.

Cabe destacar el personaje de María José. A través de ella y de las drag queen del cabaret, los creadores quieren dar visibilidad a los problemas a los que se enfrentan en su vida diaria estas personas. El mensaje feminista sigue presente mostrándonos a una Paulina que no tiembla al moverse en un mundo de hombres y los discursos de una Elena que lucha por imponerse a los arquitectos que dirige. Sin embargo, estos mensajes fueron más explícitos en la primera temporada.

Sin duda, Paulina sigue siendo uno de los puntos más fuertes de la serie. La hermana mayor de los De la Mora, interpretado por Celia Suárez, además de estar muy  bár-ba-ro, es de los personajes más fuertes de la serie. Una mujer que tiene sobre sus espaldas el peso de mantener la imagen, cada vez más dañada, de la familia, además de sacar adelante a su propio hijo y luchar por su relación, que a veces ni ella misma entiende. Después de una primera temporada en la que a penas vimos que se soltara la melena, en esta segunda vemos a una Paulina más libre y abierta a disfrutar, aunque en su cabeza solo tenga dos cosas: recuperar la florería y meter a Diego en la cárcel.

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La tragicomedia sigue siendo el pilar fundamental sobre el que se desarrolla toda la serie. Los guionistas han sabido meter toques de humor a los momentos más difíciles de esta segunda temporada e incluso han querido volver a recordar pequeños guiños, como el «salúdame al cacas» que se volvieron icónicos en la primera tanda de capítulos.

El final de la temporada queda de nuevo abierto y con muchas incógnitas por resolver. ¿Qué pasa con Elena y el accidente? ¿Qué pasa con Paulina en la cárcel? ¿Consiguen detener a la líder de la secta? ¿Gana Michaela «Talento México»? ¿Qué pasa con Paulina y María José? Por suerte, ya se ha confirmado la tercera temporada de la serie, aunque todavía habrá que esperar para conocer más detalles.