Si tuvieras que hacer una lista de esas pequeñas cosas extraordinarias que nos fascinan y encantan ¿por dónde empezarías?

Si tuvieras que hacer una lista de esas pequeñas cosas extraordinarias que nos fascinan y encantan ¿por dónde empezarías? Nosotros lo tenemos claro: esta obra es una de ellas.

«Tienes siete años. Mamá está en el hospital. Papá dice que ha hecho algo estúpido. Le cuesta ser feliz. Así que empiezas a hacer una lista con las cosas extraordinarias de este mundo. Cada una de las cosas que hacen que la vida valga la pena. » Así es como comienza «Las Cosas Extraordinarias» la obra de teatro escrita por Duncan McMillan, dirigida y protagonizada por Pau Roca, y que también ha contado en varios pases con Brays Efe en el papel de actor protagonista (el cual acaba de hacer el prólogo del libro sobre la obra). Y que a partir del próximo 24 de marzo Las Cosas Extraordinarias contarán con Inma Cuevas como actriz protagonista,

Las Cosas Extraordinarias es una obra de teatro que te atrapa desde el comienzo, ya sea por el tamaño de la sala Off del Teatro Lara, por la cercanía con Pau; por la temática: el suicidio desde una visión costumbrista un tanto indie, o porque es una obra que sabe conectar con el público a través de un monólogo inmersivo. O simplemente porque te hace partícipe de la trama desde el inicio.

Hemos podido preguntar a Pau Roca sobre sus impresiones de Las Cosas Extraordinarias, y esto es lo que nos ha contestado:

Una de las sorpresas que uno se lleva como espectador es descubrir que el tema en torno al que gira la pieza es el suicidio. La obra visibiliza este tema, ¿crees que se corre el riesgo de, como tratas en el monólogo, producir un efecto espejo o contagio a raíz de la normalización que el texto aporta? Y en este sentido, ¿echas en falta más teatro que normalice y visibilice otros temas aparentemente tabúes?

Por favor, espero que no! Espero que después de ver la obra se corre el riesgo de rebajar las expectativas de lo que significa la felicidad, centrándonos en un modelo más centrado en el presente, en valorar las pequeñas cosas del día a día que nos hacen sentir bien, y aceptar las malas épocas como algo natural al ser humano. También espero que ayude a no demonizar a aquellos que escogen, libremente, la opción del suicidio. Cuando digo libremente lo digo siendo consciente que para poder ser libre se requiere mucho conocimiento, herramientas y filosofía para poder decidir. Creo que el teatro está más que acostumbrado a visibilizar tabúes, seguramente es de las mejores maneras de hacerlo: en un espacio comunitario, elevándolo a categoría de arte para penetrar de lleno en las almas. Otra cosa es si me gustaría que este teatro tuviera más repercusión, y la respuesta es: sí.

¿A qué retos se enfrenta uno cuando se encuentra en calidad de director y actor de la misma obra?

Cuando ensayamos para que yo protagonizara este monólogo, se hizo con la co-dirección de todos los miembros de mi compañía SIXTO PAZ. De modo que no me dirigí a mi mismo. En otros espectáculos sí lo he hecho y siempre he contado con una mirada externa del ayudante de dirección que me ha ayudado. No me parece un plan muy apetecible auto-dirigirse, así que procuro evitarlo.

La obra muestra la gestión de las emociones, especialmente la tristeza y la rabia, en diferentes etapas de la vida. ¿Dónde encuentras la inspiración para impregnarte de ellas en los momentos que lo requieren? ¿Como personas, necesitamos hablar más de nuestros sentimientos, sean buenos o malos?

No hay inspiración, es trabajo. Nuestro oficio exige investigación de las emociones, introspección para identificar donde está lo genuino de cada uno para ser un vehículo eficaz para contar la historia; y luego honestidad, seguramente lo más difícil y por lo tanto, admirable.

Hay ciertos momentos durante la actuación en los que el público responde de manera jocosa ante situaciones que expones y que no lo son en absoluto, ¿cómo te enfrentas a ellas? ¿Te sientes contrariado en esos momentos o crees que es una respuesta natural y espontánea?

Para mí no hay respuesta negativa si es espontánea y nace de la empatía. Siempre digo que mi papel de espectador en esta obra es un tesoro: cada noche aprendo más y más sobre la condición humana. Es muy habitual ver a alguien llorando y que justo al lado haya otro espectador riendo, sonriendo, muy serio… Es un festival, y es muy conmovedor generarlo.

Desde el punto de vista interpretativo, buscas continuamente que el espectador se convierta en actor de la vida y emoción del protagonista, ¿qué pretende el personaje provocar en el público realmente? ¿Y desde el punto de vista de dirección?

Cuando termina esta función siempre tengo la sensación de que en 70 minutos hemos pasado una vida juntos. 150 personas viajando juntas de la mano, conociéndose a través de montañas rusas de emociones. Eso es lo que queremos provocar: empatía, profundidad, ligereza, y catarsis, comunidad.

Y para finalizar, ¿Cuál es tu TOP 5 de cosas extraordinarias?

– Dormir cabeza con cabeza con mi hijo

– Descubrir la gastronomía de Madrid

– Ver proyectos hechos realidad

– La gente tímida que no se da cuenta que cuando está cantando por dentro se les oye.

– Ver a alguien subir al metro justo cuando las puertas se están cerrando, cruzar la mirada, y ¡compartir esa pequeña victoria!

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