Una de las grandes dudas de la humanidad es qué hay después de la muerte. Distintas teorías y religiones han dado su versión, pero ninguna es concluyente. The Good Place también ha querido dar una respuesta a esta pregunta con mucho humor.
Argumento
La protagonista de la serie, Eleanor, despierta un día y Michael le dice que ha muerto y su primera duda es si ha ido al cielo o al infierno. Es entonces cuando descubre que nada de lo que se dice en la Tierra es verdad. La vida después de la muerte se divide entre The Good Place y The Bad Place. Eleanor está en the good place, en el paraiso. Allí han construido la casa de sus sueños y han encontrado a su alma gemela para la eternidad. Sin embargo, la protagonista se da cuenta de que todo es un error y que ella no es la Eleanor que ellos creen.
Los personajes
Uno de los puntos fuertes de la serie son los personajes. Junto a Eleanor y Michael, vamos a conocer a Jameela, una joven pedante que ha vivido siempre a la sombra de su hermana; Jackson, un joven al que no se le ocurre nada bueno; y Chidi, un profesor de filosofía y ética que ha pasado toda su vida preocupado por hacer el bien. Mediante la combinación de estas cuatro personalidades tan distintas los guionistas consiguen generar situaciones absurdas y divertidas.
Además, los cuatro personajes cuentan con la ayuda de Janet, una asistente que aunque parece un ser humano, no es más que un robot sabelotodo. La «Siri» de la serie es uno de los mejores aciertos de los guionistas, siendo el personaje favorito de muchos.
Una sitcom de sitcoms
The Good Place bebe de las grandes sitcoms de la historia de la ficción televisiva. En sus capítulos se pueden apreciar claros homenajes a series como Friends o How I Met Your Mother. Además, si analizamos los elementos de la serie nos damos cuenta de que Chidi es una especie de Sheldon Cooper de la filosofía y que Eleanor no es tan diferente de Penny.
A lo largo de las cuatro temporadas, el espectador hace un viaje junto a los protagonistas por el universo con el objetivo de salvar sus destinos. Cuatro temporadas que dan de sí lo suficiente para que, a pesar de ser una comedia, en el último episodio de la serie no se pueda evitar soltar una lagrimita.
