Victoria Beckham Primavera/Verano 2020
Inspirada en los años 70, es la celebración de la identidad británica.

‘Mujeres en movimiento’, título con el que Victoria Beckham se refiere a la colección primavera/verano 2020, es la celebración de un nuevo proyecto y una misma identidad.

Mientras la incertidumbre política acecha sobre la semana de la moda londinense y la industria de la moda británica, el gobierno inglés, reacio a manifestar la endeblez del útopico Brexit, apuesta por la valía de sus diseñadores. Así, Victoria Beckham, una de las principales bazas de la industria británica se apodera del Ministerio de Relaciones Exteriores, aledaño a las casas del parlamento, para celebrar el esperado y polémico desfile.

Ya han transcurrido 11 años desde que la estrella del pop abandonase el panorama musical en búsqueda de una fulgurante carrera en el diseño y su visión de la moda continua fascinando a la élite. La frivolidad y la falta de fervor en los lánguidos espéctaculos y la sobria estética de Victoria Beckham se alzan como los principales méritos de la marca frente a la experimentación con el color del resto de diseñadores emergentes.

En términos de estilo, Victoria Beckham domina a la perfección el arte de plasmar fielmente su inspiración. Sus últimas creaciones rememoran la década de los setenta. Solapas anchas, volantes abultados y faldas plisadas de secretaria copan la atención de los asistentes. Sin embargo, el indiscutible protagonista de la pasarela es el traje blanco. Hemos visto un cúmulo de ellos esta temporada, pero ninguno como el de Victoria Beckham.

Victoria Beckham Primavera/Verano 2020

«Quiero que la ropa se mueva con una mujer, con su vida»

Los accesorios ocupan -si lo tienen- un segundo plano en la colección. Los zuecos originarios de los setenta han sido reemplazados por sandalias de hilos y los bolsos eliminados, como si nunca hubiesen existido. El llamamiento de la ‘Posh’ al minimalismo más radical consiste en la sustitución de cualquier complemento por un estrecho y apenas visible cinturón.

¿Lo más inaudito? Lo que no tiene la colección de adornos lo tiene de colorido. El primer acercamiento de Victoria Beckham al color ha resultado ser todo un éxito. Más alla de los tonos tierra y los grises, las combinaciones del verde kelly y el azul cobalto con el marrón chocolate o el rosa chicle con el marrón caramelo apaciguan el conservadurismo intrínseco de la firma.

No obstante, el tradicionalismo persiste en defender su último bastión en una batalla perdida: la ausencia de diversidad. Si bien los tonos de piel ya no son obstáculo para las modelos, factores como la edad, la talla o el peso permanecen inalterables. De ahí que el desfile haya sido objeto de crítica de las redes sociales y haya abierto un debate sobre la inclusividad en la sociedad.