Canciones de Oasis, referencias a juguetes de los 90 como el Tamagotchi, estilismos impecables y nostalgia adolescente. Si te has enamorado en estas líneas, tienes que ver ya Everything Sucks en Netflix.
A Netflix le funciona viajar a épocas pasadas (los 80 con Stranger Things) y los romances adolescentes no convencionales (The End of The F***ing World) todo esto se une en una atmósfera mucho más amable en Everything Sucks.
Nosotros ya la hemos visto y os contamos por qué nos ha encantado.
- Porque la BSO es im-pre-sio-nan-te. Oasis, Tori Amos, The Offspring o The Cardigans son sólo algunos de los grupazos que ponen música a la serie. Oasis es uno de los que más presencia tiene (incluso una frase del estribillo de Wonderwall da título a un episodio) en la diégesis, la protagonista Kate Messner escucha en varias ocasiones al grupo de los hermanos Gallaguer e incluso, vemos el videoclip de Wonderwall versionado de una forma más que sobresaliente.
- Porque hemos amado los estilismos de la serie. Especialmente los de Emaline. Gafas con forma de corazón, chokers, mini-mochilas a juego con los outfits, joyas faciales y peinados al más puro estilo Spice. También nos ha dado qué pensar sobre la vuelta que llevamos viviendo un tiempo de los 90 en la moda, sin duda sin Emaline la serie no hubiera sido igual.
- Porque no es sólo una serie para adolescentes. Porque si has vivido los 90 disfrutarás viéndola más allá de la trama, por todos los guiños a la época que tiene la serie. Además, la historia va mucho más allá de los típicos problemas de adolescentes. Y la historia de amor más bonita no sucede precisamente entre niños de instituto.
- Porque por fin encontramos una serie que se centre en las dudas sobre la sexualidad de los adolescentes, de una forma fresca, natural, y venciendo los tabúes existentes. Con una mirada divertida, y de una forma sencilla, esta serie consigue crear un amor adolescente que no estamos acostumbrados a ver en las películas de instituto.