¿Está la industria porno comprometida socialmente? Por supuesto que no.

Pornhub ha lanzado una porno para limpiar de plásticos los océanos. ¿Está la industria porno comprometida socialmente? Por supuesto que no.

Seguro que en los últimos días has podido leer la noticia que anuncia que Pornhub ha grabado una película llamada ‘Dirtiest Porn Ever’ que tiene como objetivo limpiar el plástico de los océanos. Con cada visualización, la plataforma hace una donación a Ocean Polymers, una organización sin fines de lucro que se dedica a limpiar el plástico que asola océanos y playas.

Esta noticia no ha tardado en expandirse como la pólvora, por lo morboso de la misma, y también ha sido alabada por muchos que opinan que los señores de Pornhub están muy comprometidos con el medioambiente. Sin embargo, esto no es más que otra estrategia de marketing más. ¿Están de verdad los 40 millones de usuarios diarios de Pornhub concienciados sobre la contaminación? Puede, pero no mientras se pajean. Este vídeo no va dirigido a ellos, va a todos los que hemos podido leer la noticia en medios de comunicación buscando la simpatía a través de ella.

¡Pero qué majos son estos señores del porno que limpian las playas!

Expliquémonos, por supuesto que queremos limpiar los océanos pero mucho más efectivo que masturbarte viendo este vídeo es coger y dirigirte a algún espacio natural y limpiar por ti mismo.

El problema no es el vídeo en concreto, es la plataforma en la que se aloja. Una de las más poderosas del mundo que en su mayoría contiene porno ‘mainstream’.

Blanqueando el Porno

Este tipo de iniciativas no hacen otra cosa que intentar blanquear una industria que es, en su gran mayoría, machista. Y quién lo niegue solo tiene que pasearse por una web porno y abrir algunos vídeos al azar. Títulos en los que se fantasea con mantener relaciones con menores, vídeos de alto contenido violento, mujeres llorando ante las cámaras. ¿En serio nunca te has preguntado por qué normalmente no vemos la cara al tío? Es porque no interesa porque el porno generalista está hecho únicamente para el consumo masculino y por ello en los vídeos se muestra el disfrute masculino a través de actitudes violentas en ocasiones.

Según datos recientes, más del 40% del porno muestra violencia contra las mujeres

Por si aún caben dudas acerca de la realidad de la industria del porno no hay más que leer declaraciones de actrices porno como la archiconocida Mia Khalifa quien, tras dejar el cine para adultos, ha admitido que fue manipulada para grabar porno. “Estaba asustada. Nadie te obliga a tener sexo, pero aún así estaba asustada. ¿Alguna vez te has sentido nervioso de decir algo en un restaurante cuando la comida no está bien y el camarero viene y te pregunta «cómo está todo»? Estaba intimidada. Estaba nerviosa”, reconoció Khalifa durante una entrevista en Hard Talk en la BBC.

La cruel realidad de la industria porno también quedó al descubierto con el documental Hot Girls Wanted y la posterior serie documental de Netflix Hot Girls Wanted: Turned On.

Pornhub y el porno de la venganza

Además, la misma plataforma preocupada por los océanos hace oídos sordos ante las quejas de miles de mujeres que han denunciado que vídeos de contenido sexual suyos han sido subidos a la plataforma sin su consentimiento. Pornhub siempre se ha enorgullecido de su política antivenganza, y la han calificado de la más avanzada de la industria. Sin embargo, bajo el nombre de Sophie hay una mujer reclamando que la plataforma porno sigue sacando beneficio de un vídeo suyo, tal y como ha relatado a la BBC.

Desgraciadamente, historias como las de Sophie son más habituales de lo que se piensa aunque cada vez surgen más respuestas. La iniciativa #NotYourPorn, por ejemplo, intenta luchar contra esto.

Porno feminista

Cada vez más conscientes de esta situación, son muchas las mujeres que han querido hacer activismo a través del porno. Una de las más conocidas es Erika Lust. Lust es toda una alternativa a la pornografía convencional: donde el punto de vista femenino es vital. Las parejas que aparecen en sus vídeos son heterosexuales, homosexuales y sobre todo, reales.

Así que ya sabes, la próxima vez que te masturbes disfruta, disfruta mucho… de un buen vídeo feminista.