‘The Good Nurse’: un asesino serial muy poco convencional

 

‘The Good Nurse’ nos muestra un asesino serial diferente, capaz de matar a sus víctimas sin derramar una gota de sangre

 

Netflix estrenó el pasado miércoles, 26 de octubre, The Good Nurse (El Ángel de la Muerte), una película basada en Charles Cullen, quien podría ser el asesino serial más prolífico de Estados Unidos. Se le atribuyen 29 muertes confirmadas, pero se cree que sus víctimas ascienden a 400.

La película dirigida por Tobias Lindholm y protagonizada por Eddie Redmayne (La teoría del todo) y Jessica Chastain (Los Ojos de Tammy Faye), cuenta la historia de los últimos asesinatos de Cullen, antes de ser atrapado por la policía. Asesinatos que están narrado por Charles Graeber en su libro de no-ficción The Good Nurse: A True Story of Medicine, Madness and Murder.

The Good Nurse, empieza cuando Cullen entra al Hospital de Parkfield Memorial, como enfermero; trabajo que desempeñaba desde 1988. Allí Cullen se hace muy amigo de Amy Loughren, una enfermera con problemas del corazón. Si bien los primeros dos meses después de la entrada de Cullen parecen normales, las cosas cambian cuando el hospital abre una investigación por la muerte inusual de uno de sus pacientes dentro de la su unidad de cuidados intensivos. Unidad donde trabajaban Cullen y Loughren.

Aunque al hospital no le convenía, los agentes Baldwin y Braun interrogan a cada enfermero de cuidados intensivos, descubriendo dos curiosidades. La primera es proporcionada por Loughren: al paciente de la muerte inusual, antes de morir le proporcionaron  insulina. La segunda es que Cullen en el pasado fue acusado por una excompañera de allanamiento de morada. Cuando los agentes buscan información sobre Cullen en otros hospitales donde estuvo trabajado, estos se niegan a darle información.

Las sospechas recaen sobre Cullen. ¿Cómo lo hizo? Según Loughren, Cullen es incapaz de matar y no estuvo presente cuando se le administró la insulina al paciente presuntamente asesinado.

 

Métodos inusuales

Cuando pensamos en series e historias de asesinos seriales se nos viene a la cabeza sangre, partes del cuerpo cercenadas, parafilias y hasta seducción de parte del  asesinos. Escenas rápida e historias en primera persona.  Con The Good Nurse pasa todo lo contrario.

En primer lugar, la historia está contada desde el punto de vista de Amy Loughren (desde el testigo), quien en principio confiaba plenamente en Cullen al punto de dejarle entrar a su casa y estar con sus hijas. La película muestra cómo poco a poco y gracias a la policía Loughren descubre quien es realmente Charlie Cullen. Como pasa de apoyarlo, a colaborar con la policía para revelar sus asesinatos (esto paso de verdad). Asesinatos no solo cometidos en Parkfield, sino también en los anteriores hospitales donde había trabajado el enfermero.

 

A pesar de tratar asesinatos, The Good Nurse tiene pocas acciones y sus planos más bien rayan en lo largos y reflexivos. La mayoría de los planos en la película son primeros planos, que junto al tiempo que se toman y la música que los acompaña crean una sensación inconfundible de ansiedad.

Lo anterior es curioso porque, aunque los planos son muy intimistas, la manera de matar de Cullen no lo es, de hecho, es bastante impersonal y podría decirse que aleatoria. En sus asesinatos no hay sangre, ni tripas fuera, ni miembros cortados.

Si bien dejaré la incógnita del método que utilizaba el enfermero para no arruinar la película, sí diré que sus asesinatos se llevaban a cabo de una forma pensada y sigilosa, y que a primera vista no dejaba pistas evidentes. Después de todo no es raro que en cuidados intensivos algunos pacientes mueran.

Negligencia en los hospitales

Cómo se dijo anteriormente Charlie Cullen es uno de los asesinos seriales más prolíficos de la historia. Las presuntas 400 muertes que se le atribuyen tuvieron lugar a lo largo de 16 años. Aunque los hospitales sospechaban de él, nunca se le acusó ante la ley o se levantó una investigación contra él. ¿Por qué?

Como se muestra en la película, a los hospitales no les convenía tener a un trabajador acusado de homicidio en sus instalaciones, esto les quitaba credibilidad y podía terminar en el cierra del hospital. Como empresa a los hospitales no les convenía perder el dinero, así que se limitaban a despedir a Cullen con razones que resultaban mínimas en comparación con lo que había hecho.

Tanto la película como la realidad nos deja una incógnita: ¿Cuál era el motor que impulsaba a Cullen acometer asesinatos? Según el mismo fue porque nadie se encargó de pararlo. Si bien en la película no queda del todo claro, sutilmente en la escena en que los policías entrevista a Cullen, se da a entender que su motor estuvo relacionado con un trauma en su infancia-adolescencia relacionado con su madre.

Probablemente nunca lo sabremos ya que ni siquiera los psicólogos que lo han entrevistado han logrado dar con una respuesta