Los nombres propios del futuro del cine

Reflexiones sobre el séptimo arte y las nuevas formas de comunicación a través de  jóvenes cineastas y sus obras.

La tecnología avanza a pasos de gigante y las redes sociales ya son parte de nuestro día a día. Estas herramientas han traído infinidad de cosas positivas aunque, dependiendo del uso que les demos, pueden llegar a ser perjudiciales. Nuestra forma de comunicar ha cambiado enormemente. ¿Cómo afecta esto al cine como expresión? ¿Cómo lo viven los jóvenes cineastas * y cómo se puede reflejar esta nueva realidad en la gran pantalla?

 

Sin arte no somos nada

En la última entrevista que Andreu Buenafuente hizo a C.Tangana el cantante dijo: “El trabajo de los artistas no sirve para nada en el fondo, no tiene una utilidad concreta en la vida”. C Tangana es un referente para muchos y es preocupante que defina el arte como prescindible y disminuya su profesión de esa manera.

Cualquier arte es un oficio, una actividad especializada que genera riqueza. Por un lado, riqueza económica, porque hay industria. Y por otro lado, como expone el cineasta Javier Valenzuela, también genera bienes inmateriales. Estos son el entretenimiento, pero sobre todo la cultura, que es lo que permite el crecimiento personal y la creación de un pensamiento y sentimiento crítico. “El arte, y en particular el cine, ha sido mi refugio desde muy pequeño” expone Valenzuela, quien está´ preparando su opera prima que se titula Paraíso.

 

 

Cuando salimos de la escuela hay cosas que nos han enseñado que poco nos sirven en la vida y sin embargo muchas otras que echamos en falta saber. Nos dan bastantes herramientas para formarnos, aprender idiomas y ser productivos dentro del sistema capitalista pero muy pocas para desarrollar la inteligencia emocional. Es ahí donde entran en juego el cine, el teatro, la música, la danza, la poesía…

Querido Tangana, el arte sí tiene una utilidad y es imprescindible.

Por tanto, querido Tangana, el arte sí tiene una utilidad en la vida y es imprescindible para el ser humano. El arte es lo que nos define como sociedad y lo que nos hace libres.

 

Un cambio en la narrativa

Arenal (2019) es un muy buen ejemplo de cómo poner la plataforma al servicio de la historia y no al revés. Instagram como canal de transmisión, pero no como mensaje. En este corto de Rafa Alberola, un adolescente está castigado y no puede salir de casa, pero coge el móvil y lo tiene todo a su alcance. “Yo recuerdo que cuando me tenía que quedar estudiando y perdía el tiempo miraba por la ventana. Ahora cogemos el móvil, pero la pantalla es una ventana que da a otros lugares”, menciona Rafa.

Jóvenes cineastas

El director utiliza Instagram en esta narración y explora las posibilidades de este lenguaje tan rico. “Me parecía súper estimulante montar secuencias de stories uno detrás de otro y ver cómo se generan bucles, cómo puedes ir hacia delante y hacia detrás en el tiempo, los puntos de vista en función de los perfiles” me ha contado.

Otro cortometraje que incorpora de una forma totalmente orgánica y complementaria las redes es Panteres (2020). El trabajo de Érika Sánchez es realmente bueno en esta obra en la que encara las contradicciones de la pubertad. Una de las mejores que Cine Jove ha proyectado en su 35 edición y a la que el Jurado Joven ha otorgado su galardón.

Jóvenes cineastas

 

Amor y desamor en la época de Tinder

Una vez más nos topamos con las redes sociales, que han influido enormemente en la forma de enfocar las relaciones interpersonales y en especial las de pareja. Al respecto son muy interesantes las reflexiones de Olga Alamán en LOVF (2020) y de Diego Saniz en Te Jodes y Bailas (2020).

En esta sociedad consumista tenemos el iPhone 11 y aunque esté nuevo y funcione perfectamente, en cuanto sacan el iPhone 12, lo queremos. Y este constante desear algo nuevo, diferente a lo que tenemos, se extiende al amor. ¿El resultado? La insatisfacción crónica, el gran problema del protagonista de Te Jodes y bailas.

 

Nos hemos convertido en objetos de consumo que alguien tiene que desear.

En las aplicaciones de citas elegimos personas por una foto, tal y como si estuviéramos comprando un bolso. Así nosotros mismos, las personas, nos hemos convertido en objetos de consumo que alguien tiene que desear. Y la elección es tan amplia que el pánico al compromiso es cada vez más grande.

Qué fácil es criticar cuando te llamas @silla87

El aumento exponencial del odio en las redes sociales es preocupante. ¿Creemos que porque una persona sea famosa o porque su trabajo sea público podemos meternos con ella? Ni siquiera la conocemos y no tenemos ni idea por lo que está pasando ni el daño que eso le causará.

A la cara (2020) es un cortometraje del dúo creativo compuesto por Belén Sánchez Arévalo (guionista) y Javier Marco (productor, director y montador) que escenifica muy bien la cobardía que se esconde detrás de ciertos usuarios. No es tan fácil criticar, insultar o amenazar a la cara, pero sí tras el anonimato de una red social.

Y en un momento en el que parece que todos tenemos que opinar sobre todo, los actores y los directores lo sufren en primera persona. “Con dos párrafos puedes dañar mucho un proyecto y a un artista. Y eso da mucho vértigo. En mi caso lo he llevado mal” dice Nacho Ruipérez, director de El Desentierro (2018).

Prioridades modernas

En la cultura de la digitalización se hacen auténticas locuras por conseguir seguidores, likes o comentarios. Spyglass (2019) dirigido por Javi Prada muestra una situación relacionada que puede parecer extrema, pero es verdad eso de que la realidad supera la ficción.

 

Titulares como “Una influencer de 16 años se suicida tras consultarlo en Instagram” o “Bloguero retransmite la muerte de su novia” son titulares de 2019 y 2020.

La creatividad solo es el principio

Qué complicado es afrontar la página en blanco, buscar la inspiración, encontrar la idea… pero qué difícil es también hallar financiación cuando ya tienes un guion en la mano. La mayoría de los jóvenes cineastas se quejan de que pasan casi más tiempo preparando dosieres para vender los proyectos y viendo puertas cerrarse que haciendo cine como les gustaría. “En este mundo son todo subidas y caídas y los que seguimos aquí somos los cabezones y cabezonas” comenta Javier Valenzuela.

Javier Marco rodará este 2021 por fin su primera película, Josefina. Y digo por fin porque ya han pasado siete años desde que empezó con este proceso creativo: “Es difícil y frustrante porque no depende de ti y no puedes hacer nada al respecto”.

Ninguna carrera artística es fácil, pero hay trabajar, persistir y levantarse todas las veces que haga falta hasta que poco a poco el reconocimiento llega.

 

¿Tú también quieres hacer cine?

Estos son los consejos de los jóvenes, sensibles y trabajadores cineastas con los que he tenido el placer de hablar en Cinema Jove 2020.

Ellos son el futuro del cine y dentro de unos años estudiaremos la sociedad a través de sus obras audiovisuales.

 

No hagas concesiones en rodaje o en montaje no reconocerás tu película – Nacho Ruipérez

Nacho Ruipérez

 

Si esperas a tener dinero para rodar puede que no lo hagas nunca – Javier Marco

Javier Marco

 

No pares de trabajar – Rafa Alberola.

Rafa Alberola

 

El talento está en tener un punto de vista sobre una temática vital – Javier Valenzuela

Javier Valenzuela

 

Respeta y abre tu mente– Diego Saniz

Diego Saniz

 

Estudia para profesionalizarte – Olga Alamán

Olga Alamán

 

*Todas estas consideraciones nacen de mis charlas con los jóvenes cineastas citados: Olga Alamán, Javier Marco, Diego Saniz, Marco Barada, Javier Valenzuela, Nacho Ruipérez, Rafa Alberola y Javier Prada. ¡Gracias a todos vosotros!

Y gracias a Cinema Jove que lo ha hecho posible.

 

Laura Botta

EDITORA Y REDACTORA

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